Académicas coordinadoras de las mesas del Océano y el Agua analizan proyecciones de la COP25 (Mundo Acuícola)

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Destaca el reconocimiento al papel de la ciencia, cuyos avances deben ser la base para el establecimiento de políticas climáticas, un punto que es valorado por el mundo científico (Mundo Acuícola).

Un cierre que tuvo que postergarse en dos días por falta de acuerdos, resultados insuficientes —sin avances en torno a los mercados de carbono— y una conducción errática, marcaron la vigésimo quinta Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Cambio Climático (COP25) realizada en España, con Chile en la presidencia.

En lo positivo, el encuentro logró el compromiso de un mayor número de países (121) con la carbono-neutralidad y apuntó a aumentar la ambición de los estados frente al cambio climático.

Dentro de las conclusiones del documento final “Chile-Madrid, tiempo de actuar” destaca el reconocimiento al papel de la ciencia, cuyos avances deben ser la base para el establecimiento de políticas climáticas, un punto que es valorado por el mundo científico.

La académica de Oceanografía, Laura Farías, quien fue la coordinadora de la mesa del Océano en la fase preparatoria de la conferencia, considera que “en Chile fue un acierto involucrar a la ciencia en la COP; definitivamente la COP sin el Ministerio de Ciencias habría sido otra. Y lo que se decía en Madrid es que ésta sí fue una COP científica”.

Y, a pesar de que la cumbre debió trasladarse a España, la Dra. Farías cree que para Chile fue positivo haber estado en su organización, porque con la participación de científicos en distintas instancias de difusión se logró instalar el tema de la emergencia climática en la sociedad.

“El tema está puesto en la gente y hay mucho compromiso de las ONGs y la sociedad civil; ha habido mucha acción, muchas charlas y discusión. Creo que la ciencia ha dado buenos pasos, porque la gente confía en la ciencia; incluso ha sido sobredimensionada cuando se dice que los científicos son los protagonistas confiables de la COP. La ciencia puede entregar evidencias (sobre el cambio climático), pero las decisiones políticas y sociales van por otro lado”, asevera la investigadora del Centro de Ciencias del Clima y la Resiliencia, (CR)2.

También menciona el impacto que tuvo para el país, en este punto, la organización de la conferencia la directora del Eula y coordinadora de la mesa del Agua, Alejandra Stehr Gesche.

“Es una lástima que no se haya hecho en Chile, pero creo que todo el proceso previo fue un gran avance para el país, porque pusimos el tema del cambio climático en primera plana y todavía se sigue hablando de él, a pesar del estallido social. Como comité científico estuvimos participando en Santiago en las Nerd nite y vimos que la gente estaba muy entusiasmada”, manifestó la académica.

La Dra. Stehr dice que el papel del científico es entregar las evidencias para la toma de decisiones y, en el caso de Chile, “se puede decir que uno de los legados de (esta COP) es el aporte de la ciencia a la generación de las NDC (contribuciones —de carbono— nacionalmente determinadas); toda la información de nuestra mesa es un input para las NDC”.

Ambas académicas coinciden en que los resultados de esta COP no están a la altura de la emergencia que vive el planeta.

“El lema de la ambición climática y todos por la acción quedó corto”, comenta Laura Farías, mientras que Alejandra Stehr anota que uno de los objetivos más importantes de este encuentro, las definiciones sobre mercados de carbono (el artículo 6 del Acuerdo de París), no se cumplió. “Esto no ha tenido acuerdos en ninguna de las COP y siempre se supo que iba a ser difícil”, señala.

Esta cumbre tuvo el foco puesto en los océanos y, por eso mismo, la declaración final pone de manifiesto el rol de estos sistemas en el clima, algo que los científicos saben desde hace tiempo.

“El océano es parte importante del sistema climático y si el océano funciona mal, el sistema funciona mal. Es una pieza clave, porque es un gran volumen de agua, que tiene funciones importantes como la absorción de calor y la captura de dióxido de carbono; creo que por primera vez se dan cuenta de que si no funciona bien es una bomba de tiempo. Nosotros no podemos intervenir el océano, pero sí lo podemos proteger”, indica la Dra. Farías, quien reconoce que todavía falta mucha información en este ámbito.

“Faltan observaciones, líneas base. Estamos viendo cambios, pero no sabemos cuál era la base del cambio y hacia dónde va; entonces, poco podemos hacer. A Chile le pena un sistema integrado de observación, lo bueno es que el gobierno se está mostrando preocupado. Hace poco me llamaron del Ministerio de Ciencia porque están pensando en un sistema de observación; esta es una deuda en un país que es absolutamente dependiente del océano; que tiene complejidades, es muy extenso, con ecosistemas diversos diferentes, todos con una función importante”, comentó.

Proyecciones

Las investigadoras se muestran satisfechas por el trabajo realizado por sus mesas y las proyecciones de la información elaborada en esas instancias.

De su mesa, Laura Farías detalló que se establecieron nueve propuestas para las contribuciones nacionalmente determinadas (NDC), una de ellas es una “medida basada en naturaleza”, esto es apostar a la capacidad del océano o sistemas aledaños a él de “enterrar” el carbono.

“En el caso de Chile, identificamos un sistema que son los humedales costeros, que es un entramado de plantas halófitas (de ambientes salinos) que entrampan (el carbono) porque tiene sedimentos, polvo, arcilla (…), donde quedan las plantas descomponiéndose (…) La idea es protegerlos para que sigan haciendo su función”, indicó.

La oceanógrafa cuenta que en esta mesa se articuló un grupo muy motivado —en total fueron 91 científicos desde Antofagasta a Magallanes— que trabajó participativamente y que, probablemente, continúe en contacto “ahora que el gobierno quiere organizar un taller de observación”.

Por su parte, la Dra. Stehr recalcó el trabajo en torno a varios temas de interés nacional, “que van a ser de gran utilidad, sobre todo en el momento que estamos viviendo ahora, en el que como sociedad queremos cambiar el modelo, toda esa información va a ser súper útil en el ámbito del agua”.

La investigadora indicó que hace poco se entregó al Ministro Andrés Couve un resumen del informe de la mesa del Agua, dirigido a los tomadores de decisiones, y que el documento completo de conclusiones se conocerá en enero.

Son cuatro las grandes áreas que abordó esta mesa que congregó a más de 160 científicos: gobernanza, escasez hídrica, calidad del agua, adaptación y mitigación.

“Por último tenemos un capítulo en el que se analizan las políticas que existen en Chile con respecto al recurso hídrico. Se recolectó mucha información y la idea es que no se dupliquen esfuerzos, que (las políticas) estén en concordancia y sean sinérgicas, y que esto sirva al proceso de las NDC, que debe estar listas en dos años”, expresa.

A diferencia del océano —que en esta cumbre tuvo un lugar central— el agua no figura como área específica en las COP y tampoco cuenta con un capítulo dentro de los informes del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC) de Naciones Unidas.

“Se trata como un tema transversal y, de hecho, todas las ONGs a nivel mundial están peleando hace muchos años por tener un capítulo específico dentro de los informes del IPCC. Ya vimos que el agua no está en las líneas de trabajo de las COP; entonces, fue una innovación del Ministerio (de Ciencias) poner una mesa del agua y eso es importante considerando la importancia que el tema tiene para Chile”, puntualiza.

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