Baja en el uso del transporte global podría tener efectos positivos en el combate del cambio climático (Diario Financiero)

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Caída en la demanda de pasajes de pasajes aéreos y un menor uso de los autos debido a la cuarentena y aislamiento por Covid-19 reducirían la liberación de Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera.

Por Rocío Vargas

La expansión del coronavirus ha tenido importantes consecuencias para la economía mundial y el funcionamiento de los países. Sin embargo, esto mismo podría significar «un respiro» en el avance del cambio climático.

Las cuarentenas parciales de la población y el aislamiento de algunos países han determinado una fuerte caída

«Las emisiones van a bajar fuertemente. Tanto en transporte dentro de la ciudad como el marítimo y el aéreo van a caer. Eso, a nivel mundial explica como el 20% de las emisiones. Y si, por ejemplo, mientras estén interrumpidas, bajan a la mitad, implica un 10% menos de emisiones», afirma, haciendo hincapié en que estas cifras depende del tiempo que duren las paralizaciones en cada país.

«Si esto ocurre por tres meses, por poner un caso, vamos a tener una reducción en torno a un 4% de las emisiones mundiales», estima.

Pica sostiene que, además del efecto ambiental positivo por la baja en el sector transporte, la disminución de las emisiones en otras áreas también suma.

«La actividad industrial disminuye y eso implica menos demanda de energía», asegura, detallando que «si baja, por ejemplo, un 10% de la demanda en sistemas eléctricos, probablemente ese 10% de producción sea casi 100% de energía fósil. Entonces, si del promedio de la energía, 60% es termoeléctrico y cae un 10% de la demanda, va a haber una disminución de casi un 20% en las emisiones de dióxido de carbono (C02)», afirma el experto.

Si bien Alemania, Italia y España son las principales naciones contagiadas fuera de China, Chile también subió de categoría ayer al entrar en fase 4. Esta implica la transmisión sostenida del virus, por lo que el aislamiento voluntario es clave para disminuir las probabilidades de contagio.

El investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Rodrigo Seguel, dice que «la cuarentena tiene un impacto directo en los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), puesto a que (esta condición) restringe la libre circulación», ayudando a mejorar momentáneamente la calidad del aire. «Sin embargo, no hay que perder de vista que los GEI tienen un tiempo de vida en la atmósfera que viene de años, décadas e, incluso, siglos».

Gases producidos en Chile

En casi todos los países la principal fuente de emisión es el CO2, luego el metano (CH4) y en tercer lugar el óxido nitroso (N2O), explica Pica.

El Tercer Informe Bienal de Actualización de Chile sobre Cambio Climático 2018 -el documento más reciente elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente- revela que entre 1990 y 2016, el país concentró un 78% de sus emisiones en el sector energía: o sea, el rubro más contaminante a nivel nacional. Al desglosar esta cifra, el reporte señala que 41,5% de los GEI son liberados por las industrias de la energía; 31,3% por el tranporte; 18,7% por industrias manufactureras y de construcción, 8,5% por otros sectores.

El 22% restante, están en agricultura (10,6%); procesos industriales y uso de productos (IPPU) (6,2%), y residuos (5,2%).

Pica comenta que Chile «es bastante parecido al resto del mundo2 y dice que -como reveló el informe- el sector energía es el principal generador de CO2, mientras que la agricultura concentra la mayor liberación de metano y óxido nitroso, asociadas al sector pecurario, la producción de vacuno, leche y cordero, y a los fertilizantes.

Seguel indica que si bien hay cientos de GEI, a los tres contaminantes principales se suman otros como el SF6 -aislante eléctrico- y los HFC, es decir, hidrofluorocarbonos o refrigerantes. Estos últimos, «presentan un potencial de calentamiento global variable y, en muchos casos, es más alto que el correspondiente al mismo CO2, CH4 y N2O.

El experto explica que estos gases no son producidos en Chile, sino que los importa. Y en términos de relevancia para el medio ambiente, ocupan del cuarto lugar hacia abajo en el inventario nacional de GE, dentro de los «potenciales (de contaminación) del calentamiento global», debajo de los tres principales gases producidos en Chile.

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