Chile integrará influyente red global de centros de investigación del cambio climático (El Mercurio)

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    Su creación fue anunciada en el marco de la 22ª Conferencia de Naciones Unidas sobre el tema para que los científicos tomen un protagonismo más activo en el área.

    Por Richard García

    Un centro científico nacional, el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) de Chile, que lidera la U. de Chile, es desde esta semana uno de los 12 miembros de la Red Internacional de Centros de Excelencia en Cambio Climático y Think Thanks para el Desarrollo de Capacidades (INCCCETT 4CB) por su nombre en inglés).

    Fue presentado durante la 22ª Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP22) que se desarrolló la semana pasada en Marrakech.

    El organismo espera transformarse en una especie de gran red de intercambio entre los centros científicos especializados en el tema del cambio climático para asesorar y agilizar las políticas que deberá adoptar cada nación para adaptarse en aspectos como sustitución de combustibles fósiles por alternativos o fomento del transporte verde.

    Hasta ahora el principal organismo representativo de los científicos era el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) que recopilaba las investigaciones y elaboraba el informe que daba cuenta de la evolución del fenómeno a nivel mundial.

    Pero ahora este INCCCETT 4CB, impulsado por el reino de Marruecos, pretende ser una especie de protagonista activo para el diseño e implementación de las contribuciones que cada nación hará para dar cumplimiento al acuerdo de París y promover la cooperación científica.

    Potenciar trabajos

    «Es una iniciativa para acercar las comunidades científicas (desde la matemática a las humanidades) con los tomadores de decisiones», explica Laura Gallardo, directora del CR2. «A todos nos convoca hacer ciencia relevante para llevar a la acción las contribuciones nacionalmente determinadas (INDCs)».

    Esto es posible gracias al prestigio y contacto que han alcanzado los investigadores del centro, destaca con orgullo Pilar Moraga, investigadora principal del CR2. «A lo largo de nuestras carreras hemos construido vínculos con nuestros pares y que permiten hoy crear relaciones institucionales», También, dice, es una oportunidad para que los centros que integran esta red puedan potenciar sus trabajos actuales y futuros gracias a una mayor diversidad de experticias, equipos y visiones, todas las que serán puestas al servicio de problemas comunes.

    «Algo que puede traer enormes beneficios es electrificar los sistemas de transporte colectivo en las ciudades. En estos centros hay múltiples competencias que en su conjunto pueden facilitar la implementación y seguimiento de esta y otras medidas», comenta Gallardo.

    En cuanto a los aportes específicos de los más o menos 40 investigadores con nivel doctoral del CR2, potencialmente hay tantos como medidas y objetivos se contemplan en las INDC, dice la especialista. «En Chile, por ejemplo, estas incluyen aspectos de mitigación asociados a contaminantes climáticos de vida media corta, uso de suelos y servicios ecosistémicos, vulnerabilidad y adaptación, etc. Por cierto, hemos de priorizar las acciones y ciertamente seremos uno de los centros que deberán contribuir en este desafío».

    Pese a su nombre, el CR2 no solo cuenta con competencias en el área de la dinámica del clima o climatología sino que también las posee en derecho internacional, oceanografía química, economía, y sociología.

    Además, en colaboración con el Centro de Excelencia de Sistemas Complejos de Ingeniería, han incorporado aspectos relativos a la movilidad urbana. «Nuestro éxito dependerá de establecer diálogos con tomadores de decisión y entregar análisis y síntesis que ayuden a implementar las INDC. Veremos cuán importantes llegaremos a ser».

    Leer en El Mercurio.