Científicas y periodistas crean juego para incentivar el interés de las niñas por la ciencia (El Mercurio)

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    Bitácora con actividades, lupa y cantimplora son algunos de los implementos del kit para explorar la naturaleza que se sorteó entre niñas de 7 a 11 años.

    Por Paula Leighton N.

    «¿Por qué las nubes flotan si el agua pesa más que el aire?, pregunta Rocío, de 8 años. «¿Por qué el guanaco, la llama y la alpaca tienen tanto parecido entre ellas?, ¿son hijas del mismo papá o de la misma mamá?», hipotetiza Celeste, de la misma edad. «¿Por qué todos los animales tienen cola?», «¿Por qué si uno ve desde arriba el mar se ve azul, si el agua del mar no es azul?», «¿Cómo se puede saber cuántos años tiene una montaña?», «¿Por qué se forman nubes con forma de conos de helado en filitas?», quieren saber Agustina, Elisa, Juana y Catalina.

    Ellas son solo algunas de las 430 niñas de entre 7 y 11 años de las regiones Metropolitana y del Biobío que participaron en el concurso «Julieta en la Tierra de las niñas» (www.julietaexploradora.cl), una iniciativa de geólogas, climatólogas, biólogas y comunicadoras del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, el Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA) y el Instituto Milenio de Ecología y Biodiversidad (IEB), todos de la U. de Chile.

    El proyecto busca incentivar a las niñas a interesarse por la ciencia desde pequeñas.

    Para eso, con fondos concursables de Explora-Conicyt crearon un kit de exploración que incluye una mochila, lupa, linterna, cantimplora, pluviómetro y una bitácora con juegos y experimentos para realizar en terreno, todos con el motivo del popular cómic Julieta.

    Entre las niñas que enviaron sus preguntas, ayer se sortearon 160 premios consistentes en tres kits: uno para la ganadora y dos para regalar a sus amigas y explorar juntas.

    Además, las científicas enviaron a cada participante un mail con la respuesta a su pregunta. Nélida Pohl, doctora en Ecología y Biología Evolutiva y asesora en comunicaciones del IEB respondió junto a una asistente más de 230 sobre animales y plantas. «Había preguntas muy creativas y muy científicas. A muchas les tuve que responder que la ciencia se pregunta lo mismo y aún no logra responderlo».

    Luz Fariña, periodista del (CR)2 y parte del equipo detrás del proyecto, señala que este «surgió de la necesidad de tener un juego que invitara a las niñas a acercarse a la naturaleza y la ciencia».

    Según datos de Conicyt, en 2015 el porcentaje de mujeres matriculadas en primer año de carreras científicas en Chile fue de 21,6%; y en Ingeniería, 17,1%.

    Parte de esta realidad, dice Fariña, «se debe a que los estereotipos de género se construyen desde la infancia, a través de los juegos y juguetes disponibles para niños y niñas».

    Los de niños suelen desarrollar habilidades científicas, matemáticas y de construcción; los de niñas, en cambio, suelen reproducir roles como mamá, dueña de casa o princesa.

    El mejor día

    Esta realidad va más allá de Chile. «Cuando chica era muy curiosa, desarmaba relojes o calefones, pero mis padres solo encontraban juguetes color rosa o muñecas para niñas. La gente les preguntaba: ‘¿por qué le compran juguetes de niño a su hija?'», recuerda la geóloga italiana Linda Daniele, académica del Departamento de Geología de la U. de Chile e investigadora del CEGA.

    Las primeras en recibir el kit Julieta Exploradora fueron 40 niñas de la Escuela El Manzano, de San José de Maipo, que lo utilizaron para explorar su entorno en compañía de cuatro científicas del proyecto.

    «Fue muy gratificante, muchas quedaron con ganas de ser científicas, nos abrazaban y nos dijeron cosas como ‘ha sido el día más bonito de mi vida'», cuenta Linda.

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