Doctor en Climatología explica qué causó el temporal en el Norte Grande (El Mercurio de Antofagasta)

3809

(El Mercurio de Antofagasta, 03 de abril) Fenómeno está ligado a una «baja segregada» y no tiene relación con aluviones de 1991.

Por Claudia Bravo Boggioni

A diez días del inusual cuadro de precipitaciones que afectó a las regiones de Antofagasta y Atacama con dramáticas consecuencias, que aún son evaluadas, siguen algunas interrogantes sobre qué causó este dramático fenómeno meteorológico.

Sin embargo, René Garreaud, doctor en Climatología y académico de la Universidad de Chile, ya tiene los primeros análisis sobre cuál es el origen de las intensas lluvias que inundaron el desierto más árido del mundo.

El caótico escenario que dejó el fenómeno en Antofagasta es sólo comparable al cuadro de precipitaciones que afectó a la ciudad en 1991 con trágicas consecuencias (aluvión).

En ese fenómeno cayeron 42 milímetros de agua en pocas horas, apenas 12 milímetros más, que los 30, 5 que se registraron en las pasadas lluvias del miércoles.

Considerando que el promedio de agua caída en los últimos 45 años alcanza apenas a 2,9 milímetros, las últimas lluvias llevan a pensar en el cambio climático, como la respuesta al intenso aguacero.

Latitudes

¿Qué fenómeno afectó a la Región de Antofagasta con las devastadoras consecuencias que dejaron las precipitaciones?

-Lo que afectó a las regiones de Atacama y Antofagasta fue una ‘baja segregada’, que no es un sistema frontal típico. De hecho los sistemas frontales parten en el sur y progresivamente van avanzando hacia el norte.

¿Donde se origina ese fenómeno meteorológico?

-Las bajas segregadas tienen sus orígenes en latitudes medias, pero en algún momento se separan de la corriente principal y se mueven sobre latitudes bajas, subtropicales. Cuando además interactúan con la Cordillera de los Andes, siempre nos dan una sorpresa como vientos fuertes o las nevazones en Calama, además de climas fríos en altura.

¿Hay algún factor climático que haya afectado a la región para desencadenar este aguacero?

-En este caso lamentablemente, influyó un flujo de humedad muy importante de la parte tropical. Eso fue, lo que en definitiva causó las precipitaciones en Antofagasta y Atacama.

¿Influye el cambio climático en el origen de las bajas segregadas?

-Muy indirectamente y ni siquiera estamos seguros. Estos son fenómenos de tiempo que siempre ocurren y así se mantendrá. Todos los años pasa alguna baja segregada y provoca daños significativos, pero es difícil atribuirlo al cambio climático, ya que ni la sequía en la zona central está directamente relacionada a un evento meteorológico.

¿Se puede establecer que este es el mismo fenómeno que afectó a Antofagasta en 1991 y provocó el gran aluvión?

-En ese caso lo que afectó no fue una baja segregada, fue un sistema frontal que inusualmente se trasladó al norte. Ese es otro tipo de «animal», que no tiene nada en común con éste, excepto que ambos son fenómenos meteorológicos que ocurren con cierta periocidad.

¿Es posible entonces que esta ‘baja segregada’ vuelva a llegar a la región?

-Por supuesto, aunque no siempre produce las precipitaciones que observamos ahora. Por ejemplo, cuando escuchamos noticias sobre temporales de viento en Calama o nevazones en la Segunda Región, esos cuadros son producto de una ‘baja segregada’. Es difícil decir si el próximo año o en cinco más, se repetirá con las mismas características. Para eso están los pronósticos de corto plazo, como los que están tan de moda, que predIcen el clima con tres o cuatro días de anticipación.

Posibilidades

En ese sentido, ¿ no tendríamos la posibilidad de prepararnos para enfrentar esas lluvias?

-Más importante es conocerlos y saber sus efectos. Afortunadamente la meteorología tiene estos sistemas de pronósticos que pueden hacer mucho por la predicción, ya que se pueden detectarlos con tres o cuatro días de anticipación.

¿Podemos establecer que características tendrá el invierno en la región?

-Es difícil porque en general estos eventos son muy ‘episódicos’ y ocurren con una frecuencia baja a lo largo de los años. Aunque nunca podemos descartar la mala suerte de que se repitan. Cuando revisamos la historia notamos que esto es como los grandes sismos, ocurren con cierta periocidad (años) o en uno mismo año, pero no lo podemos descartar. Por lo tanto, no quiere decir que vaya a llover más este año en Antofagasta, lamentablemente no lo podemos predecir.

Respecto a otras zonas del país, como el sur. ¿Cómo viene el panorama meteorológico, ¿están expuestos también a enfrentar el fenómeno de las ‘baja segregada’?.

-La baja pasó por el norte donde produjo precipitaciones, pero en el sur hay una condición de sequía que el Fenómeno ‘El Niño’ debería tender a normalizar en las precipitaciones de la zona centro-sur durante el invierno que se avecina. Por lo tanto habrá lluvias para el sur, pero no sabemos si se podrá recuperar de la sequía, porque esa es una situación de muchos años. Esperamos que este año sea relativamente normal en cuanto a las precipitaciones caídas.

¿Podríamos estar tranquilos para este invierno por lo que ya enfrentamos uno de los fenómenos climatológicos más distantes entre periodos?

-En lo absoluto, nadie puede estar tranquilo, ya que la meteorología no puede predecir que va a pasar en varios meses más, pero también hay una cosa de probabilidades y es poco probable que pase de nuevo una ‘baja segregada’ y tenga la combinación lamentable, donde el exceso de humedad generó las precipitaciones. No lo podemos descartar y siempre hay que mirar el pronóstico de lluvias, incluso en el desierto.

Leer entrevista a René Garreaud en El Mercurio de Antofagasta