El Niño de este año no es suficiente, se requieren cinco inviernos normales (La Tercera)

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(15 de junio) Proyección para este año aún indica un fenómeno de débil a moderado, aunque podría cambiar hacia fines del invierno.

Por Ximena Bertin y Cristina Espinoza

Para julio y agosto se espera que se produzcan los principales eventos de precipitación en la Región de Coquimbo. “Uno o dos con alguna significancia en términos de milímetros de precipitación”, dice Jorge Núñez, investigador del Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y el Caribe (Cazalac) y la U. de La Serena.

Sobre el fenómeno de El Niño proyectado para este año, dice que, aun cuando se estima que su evolución es débil y podría llegar a robustecerse, “su mayor desarrollo sería bastante retrasado con respecto a la época invernal”.

Esto no ayudará a revertir el déficit en la zona, por la sequía que ya cumple ocho años. El consenso de los expertos es que se requieren unos cinco inviernos consecutivos con precipitaciones promedio (78,5 mm, normal histórico), para estar en un escenario de recuperación. “Esto implica relleno de acuíferos y recuperación de variables importantes del ciclo hidrológico, lo cual no cambiaría con un solo invierno ‘bueno’”, agrega.

Hasta la fecha, La Serena, acumula 14 mm de precipitación gracias a la baja segregada que en marzo provocó lluvias en el norte, menos del normal histórico a la fecha (20,4 mm). Cifra que debería aumentar, pues casi el 80% de las precipitaciones anuales se dan, generalmente, entre junio y agosto, explica Claudia Villarroel, meteoróloga de la Oficina de Climatología de la Dirección Meteorológica (DMC).

“Estamos en presencia de un evento de El Niño de características débiles a moderadas. Se ha observado que este Niño ha estado oscilante en torno a 1 °C (anomalía de la temperatura en el trópico), por lo que se tiene incertidumbre de su intensidad. En esta ocasión, ningún centro internacional de pronósticos ha podido responder qué tan intenso será”, indica la experta.

En Chile, los pasados eventos de El Niño más extremos en la zona central (1982, 1997, por ejemplo) han afectado de manera significativa el régimen de precipitación en invierno, pero cuando son débiles, no hay una buena relación.

“Este año se declaró El Niño, pero en cuanto a intensidad todavía hay incerteza y eso es lo importante para Chile, porque aunque existe correlación entre el fenómeno y la precipitación, depende bastante de la intensidad”, dice Maisa Rojas, investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2).

“Lo que esperamos para este invierno son más bien condiciones normales, que lamentablemente, no sirven de mucho para contrarrestar los efectos de esta extensa sequía”, agrega Villarroel.

No sólo El Niño influye en el déficit de precipitación, también condiciones como la Oscilación Decadal del Pacífico (que se presenta con fases positivas y negativas de diez o más años), que también se asocia a años más o menos lluviosos y que está en fase negativa, por lo tanto favorece un período seco. A eso se suman el proyectado descenso en las precipitaciones por cambio climático.

El déficit continúa

”Esperamos que ya en los meses de julio y agosto haya una coincidencia con la predicción que hemos venido haciendo desde marzo y haya un aumento de los caudales y de los embalses”, sostiene Cristóbal Juliá, meteorólogo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridos (Ceaza).

El déficit de caudales en la región, explica, llega al 67% y a 93% en los embalses. Las lluvias de marzo no fueron aporte al sistema hidrológico, excepto a sectores como el secano o el desierto florido, que se ven beneficiados por las lluvias de verano.

Nevó, aunque poco, en los sectores altos, pero al ser con alta temperatura, la nieve se sublima (pasa de sólido a gas). “Lo que queda infiltra a la tierra y, al estar esta en extrema aridez, se lleva gran parte de lo precipitado”, dice Juliá.

José Rutlland, investigador del Ceaza, agrega que se necesitarían varios años con precipitación normal o sobre lo normal para recuperar el déficit. “Sin embargo, se requiere que la precipitación en la parte alta de los valles sea en forma de nieve y que cuando se presente en forma líquida sea de poca intensidad para evitar efectos desastrosos como aluviones”.

Carlos Furche, ministro de Agricultura, dice que “hay una posibilidad que en las próximas semanas El Niño se presente con un poco más de fuerza, por lo cual se esperan lluvias en la zona central y esperaría también en la zona centro norte”.

Fernando Santibáñez, director del Centro de Agricultura y Medio Ambiente de la U. de Chile (Agrimed), agrega que las lluvias están llegando y que avanzarán a la zona central. “Tendríamos más llegadas de frente este año que el año pasado de todas maneras”, dice.

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