Especialistas abordaron cronologías de sequías del pasado y uso eficiente del agua en la agricultura (Diario UACh)

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La actividad se desarrolló en el marco del Mes del Medio Ambiente y profundizó el tema del recurso hídrico desde análisis a través de anillos de árboles y de investigaciones sobre riego de praderas en los suelos derivados de cenizas volcánicas en el sur de Chile.

Por Loreto Rojas

Con más de 150 personas conectadas vía Zoom se llevaron a cabo los diálogos en línea Escasez Hídrica: Una Mirada Desde la Agricultura y el Bosque, una actividad organizada por las facultades de Ciencias Agrarias y Alimentarias y de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile con el fin de abordar la sequía desde distintas especialidades y promover el conocimiento sobre problemas ambientales entre la comunidad.

La actividad fue moderada por el Dr. Alfredo Erlwein, investigador del Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Sostenible (CEAM UACh) y académico del Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos (IIAS) de esta casa de estudios, quienes colaboraron en la organización de estas charlas.

Las sequías narradas por los árboles

El primer expositor fue el profesor Duncan Christie, académico del Instituto de Conservación, Biodiversidad y Territorio de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, además de investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2. Su charla “Los árboles hablan: un atlas de sequías para Sudamérica, 600 años de cambios y variaciones espacio-temporales”, presentó los avances de un arduo trabajo que lleva años de colaboración conjunta principalmente entre investigadores chilenos y argentinos, pero también de Europa y Estados Unidos. Dicha colaboración dio origen a un atlas de sequía, una herramienta que corresponde a un libro de 600 páginas, donde cada una correspondería a un mapa de disponibilidad hídrica en Sudamérica.

Este gran archivo ambiental fue posible gracias al análisis de los anillos de los árboles, a través de los cuales se puede averiguar qué tan seco o lluvioso fue un año determinado. Entre las especies utilizadas para este propósito se encuentran la queñoa (Polylepis tarapacana), la araucaria (Araucaria araucana), ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis) y lenga (Nothofagus pumilio).

“Reunimos información de 300 bosques de 12 especies a través de Sudamérica para construir este Atlas de Sequías que comienza en el año 1400”, señaló el profesor Christie, e indicó que para la elaboración del Atlas se utilizaron muestras de 15 mil árboles.

El académico presentó una serie de ejemplos históricos y ambientales que muestran períodos de grandes sequías y otros lluviosos, los cuales coinciden con los registros de los anillos de árboles y dan cuenta de la confiabilidad de esta información.

Finalmente, afirmó que a partir de la segunda mitad del siglo XX el intervalo de años entre eventos extremos ha sido menor en comparación a los 5 siglos previos, ocurriendo sequías o lluvias extremas de manera más frecuente en diferentes regiones de Sudamérica, siendo los eventos de sequía los que han aumentado en nuestro país (ver video de presentación).

Uso eficiente de los recursos hídricos

Luego fue el turno de la Dra. Dorota Dec, profesora del Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias e integrante del grupo CISVo de la UACh. En su charla -“Uso eficiente de los recursos hídricos en la agricultura del sur de Chile”- abordó temas como la situación hídrica en el sur de Chile, riego, el suelo como reservorio de agua e investigación en suelos volcánicos en el sur de nuestro país (ver presentación).

Explicó que el uso eficiente del agua requiere una buena planificación de riego desde su diseño, contemplando estudio del clima, suelo, economía e incluyendo las tradiciones sureñas en esa materia; a través del manejo de parámetros de riego, según condiciones de balance hídrico y suelo y de una planificación a corto y largo plazo.

También se refirió a los suelos de origen volcánicos (andisoles) y uso eficiente del agua: estos constituyen el 1% y el 60 % de los suelos arables de nuestro país, subrayó que poseen características físicas como baja densidad aparente, alto volumen de poros, alta capacidad de resiliencia, alta conductividad del aire y agua, y alta capacidad de almacenamiento del agua, lo que genera que sean muy ventajosos para las actividades agrícolas.

En la ocasión, la profesora Dec abordó algunos ámbitos de acción del proyecto que lidera, Fondecyt regular 1181515 “Riego de las praderas en los suelos derivados de cenizas volcánicos en el sur de Chile: efectos en la productividad de la pradera, la eficiencia del uso del agua y la dinámica de la estructura del suelo”, donde se planteó la siguiente interrogante: ¿Es posible desarrollar una estrategia de riego deficitario para mejorar la productividad y calidad de la pradera con una lata eficiencia del uso del agua de riego bajo condiciones de manejo de pastoreo?

“Esta investigación contribuirá al mejoramiento de la productividad de las praderas con una alta eficiencia en el uso del agua de riego en condiciones de manejo de pastoreo, tomando en cuenta las condiciones específicas de los suelos derivados de cenizas volcánicas, la combinación de análisis de campo y de laboratorio se utilizará para comprender mejor este sistema productivo y mejorar su sostenibilidad”, sostuvo la docente de la UACh.

Luego de las presentaciones, los expositores respondieron consultas y reflexionaron sobre las proyecciones a futuro. “Siempre hay que pensar a largo plazo. Recomendamos pequeños cambios desde ahora, no solo en relación a la agricultura, sino desde casa, crear conciencia, ya que no podemos vivir sin el recurso agua”, comentó la Dra. Dec.

En tanto, el Dr. Christie comentó que es importante adelantarnos “ya que los llamados ‘días cero’ llegarán si no hacemos nada. Es importante hacer proyecciones serias de oferta y demanda hídrica, y a partir de eso diseñar planes de optimización del agua”.

Asismimo, la Directora del CEAM UACh, Andrea A. Pino, afirmó que “la lucha contra la desertificación y la sequía requiere de aproximaciones que integren diferentes disciplinas, para lo cual es necesario generar conocimientos como los entregados en las presentaciones hechas por el Dr. Duncan y la Dra. Dorota, pero para esta lucha también es necesario generar cambios en los pilares culturales y sociales de nuestra sociedad y en los actuales paradigmas de desarrollo”.

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