«Excelencia, pertinencia y relevancia» por Laura Gallardo

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    Compartimos con ustedes el discurso realizado por Laura Gallardo, Directora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, durante la ceremonia para celebrar 175 años de la Universidad de Chile.

    Se nos distingue por creación artística, investigación, innovación, etc. En varios casos, por publicar artículos en revistas científicas de “alto índice de impacto” o por ganar proyectos en concursos competitivos. ¿Son estos los indicadores consistentes con la excelencia, pertinencia y relevancia de la Universidad de Chile?

    Hay quienes dirán que sí y quizás ahonden en cienciometría y sus inefables métricas. Hay quienes dirán que sólo son juegos de ego, cuya relevancia y pertinencia es cuestionable. Muchos y muchas de nosotr@s argüiremos, en algunas circunstancias como la evaluación de proyectos o carreras académicas, que nuestros artículos se publican en revistas de corriente principal o que han sido leídos y citados por nuestros pares, dándole validez y reconocimiento a nuestro quehacer. A veces, lamentablemente, nuestras carreras académicas serán reducidas a punta de Ns y Hs y otras letras que parecen simbolizar “éxito”.

    Habrá quienes se enorgullezcan de los guarismos y métricas alcanzados. Algunos diremos que la evaluación de personas y sus oficios de maestros e investigadores no pueden reducirse a las reglas de la aritmética o la estadística, mucho más cuando los números de la ciencia chilena son pequeños y cuando los indicadores los definen, grosso modo, tres grandes trasnacionales.

    Pero ninguno de esos argumentos, en favor o en contra, abordan a cabalidad la excelencia, pertinencia y relevancia de la actividad académica ligada a nuestra universidad.

    Estos pocos minutos no son suficientes para reflexionar en torno al significado de la excelencia, la pertinencia y la relevancia. Pero me permito llamar a hacer esa reflexión, a darnos el tiempo y el respiro para hacerlo. En nuestro fuero interno e individual por cierto pero, por sobre todo, en nuestros foros abiertos y colectivos. Eso es lo que distingue la historia de la Universidad de Chile. La que de modo plural y reflexivo se planta en la discusión pública y avizora el futuro y sus desafíos.

    La Universidad no se desespera ni paga por aparecer en lista de clasificaciones a punta de indicadores. La Universidad se esmera por abordar preguntas difíciles, a veces por mera curiosidad, a veces por la democracia y la libertad, a veces por los desafíos de una sociedad resiliente ante la variabilidad y el cambio climático. A veces por el calcio intersticial en las neuronas, otras veces por la nutrición de los niños. A veces por la ontología y epistemología, quizás del Antropoceno, otras veces por el marco regulatorio que aterrice el compromiso nacionalmente determinado de Chile ante la Convención Marco de Cambio Climático. A veces por la belleza y otras por las urbes sustentables.

    Los tiempos que vivimos, que algunos denominamos Antropoceno, son complejos y desafiantes, cruciales para el futuro para este territorio humano y geográfico diverso que es Chile y para el planeta azul que compartimos. Es decir, justamente las cuestiones que son pertinentes al acervo y al futuro de la Universidad. Y eso requiere determinación, originalidad, persistencia, inteligencia y generosidad. Requiere de una Universidad que echa abajo las barreras de las clasificaciones disciplinares, que salva la dispersión geográfica, que incorpora la diversidad y el pluralismo, que enfrenta sus faltas y “burrocracias” autoimpuestas, que se inserta en su sociedad cambiante, que “sUUeña” en grande y trabaja consecuentemente, que lidera la inserción de diversidad de género, de cultura y de colores.

    Agradezco ser parte de la celebración de los 175 años de la Universidad de Chile, me siento honrada. Me siento feliz por ser hija y maestra de esta Universidad. Creo que nos puede enorgullecer el oficio académico con dedicación a la ciencia curiosa o relevante, no sé si tanto así el  “wooing charm of WOS”. Sigamos haciendo aquello que levanta la ciencia y la paz. En mi nombre y el de todos y todas, muchas gracias.