Megasequía cumple 10 años (La Tercera)

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La falta de precipitaciones se hace crónica. El invierno 2019 técnicamente no ha terminado, pero las probabilidades de lluvias en lo que queda de agosto y septiembre son muy bajas. Tal como lo pronostica el cambio climático, el invierno se hace cada vez más corto.

Por Carlos Montes

El verano de 2009 marcó inusuales récords de temperatura en la zona central. Fue el verano más caluroso en casi 100 años. Era, lo que para entonces se desconocía, el inicio de una megasequía que ya cumple 10 años, la más extensa desde que existen registros en el país.

La situación continúa siendo dramática en la zona central. En julio, en Santiago, solo se registraron 13,22 milímetros de lluvia, uno de los “julio” más secos de los últimos 50 años. Lo normal para este mes es 75,9 mm, y a la fecha, en todo el año, solo han caído 66,6 mm, un déficit anual de 72% .

La situación no mejora en agosto. Las proyecciones para los próximos 10 días de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) no contemplan lluvias, y para fines de agosto y septiembre solo se proyectan precipitaciones débiles. ¿Se acabó el invierno?

“Será otro invierno en el que quedaremos al debe con la lluvia. No se ven sistemas frontales activos”, dice Arnaldo Zúñiga, meteorólogo de la DMC.

René Garreaud, subdirector del Centro de Ciencia del Clima y Resiliencia (CR)2, afirma que aún hay esperanzas de que precipite en septiembre, pero reconoce que la probabilidad es baja. “En septiembre y octubre, generalmente llueve poco”, señala.

Agrega que estamos en una megasequía que ya cumplió una década. “Tal como vamos, a diferencia de años anteriores, donde el déficit bordeó el 30%, este año estamos en un 70%. Todo indica que este año terminará con al menos un 50%. Es un año mucho más seco que los anteriores”, dice.

Jorge Greene, jefe de la carrera de Medio Ambiente del Instituto del Medio Ambiente (IMDA), dice que “las características del clima en invierno se están transformando producto del cambio climático”.

“No vamos a volver a los años 80 y 90, donde llovía copiosamente en la zona central”, añade Garreaud.

La Dirección General de Aguas (DGA) sigue sumando decretos por escasez hídrica. En 2016 se decretaron ocho; en 2017, 10; en 2018, 11, y en 2019 ya van siete, por lo que seguramente se volverá a romper el récord.

La estación de invierno ha perdido su extensión, tal como han previsto las proyecciones del cambio climático. “La estación se ha acortado, la vegetación, por ejemplo, está reaccionando antes. Árboles, como los aromos, ya están floreciendo”, añade Zúñiga.

La megasequía ha abarcado desde Coquimbo hasta La Araucanía, explica Garreaud, pero con matices. “La zona con el déficit más persistente ha sido el Maule y Biobío. Sin embargo, en milímetros, las zonas de Coquimbo, Valparaíso y Santiago son más afectadas”, dice Garreaud.

Debido al cambio climático, las características meteorológicas de las estaciones se han ido modificando y, por ende, “la delimitación de verano, otoño, invierno y primavera cada vez está menos marcada”, dice Greene.

“La tendencia de temperaturas altas en la zona central y gran parte del país van en alza. No son aumentos groseros, pero sí hay una tendencia al incremento”, dice Zúñiga.

El fenómeno también está afectando más al norte.

“El lunes, en Atacama (Santa Juana), el registro fue de 32,8°C, mientras en Huasco hubo 30,7°C”, dice Zúñiga, temperaturas que son completamente anormales para la fecha en esa zona.

 

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