Pese a lluvias primaverales se mantiene déficit en principales embalses del país (La Tercera)

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(La Tercera, 23 de octubre) Con un déficit de 80%, embalse La Paloma, en la Cuarta Región es el de menor acumulación en el país.

Por Cristina Espinoza

Las lluvias de este año dejaron a La Serena con un superávit de 42% y aunque el año pasado, a igual fecha, las precipitaciones en la estación meteorológica de la ciudad, también arrojaban más que el promedio histórico anual (78,5 mm), la Región de Coquimbo cumple su séptimo año de sequía. Las últimas lluvias -y la nieve- ayudaron a asegurar el suministro para riego por un tiempo, pero la escasez hídrica no se va a ir tan rápido, dicen los expertos.

“En estos lugares donde llueve poco, uno se impresiona por estos porcentajes de superávit, pero ahí es mejor ver cuál es el comportamiento de los embalses. Después de las lluvias, en agosto, habían subido muy poco”, dice el climatólogo René Garreaud, subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2).

Según datos de la Dirección General de Aguas (DGA), el embalse La Paloma es el que presenta el mayor déficit hídrico del país. Actualmente tiene 83 millones de metros cúbicos, el 19,5% de su promedio histórico para este mes.

“Hasta junio el asunto era muy malo. Recién en julio cayeron algunas lluvias, los embalses estaban muy bajos y se han recuperado muy poco”, dice Javier Narbona, jefe de la división de Hidrología de la DGA. Sin embargo, agrega que se espera un año mejor que 2014. “Esta seguidilla de años malos termina. Incluso las perspectivas son más favorables en la zona norte, donde hay que considerar que se ha seguido acumulando nieve y en los ríos todavía no se nota claramente el deshielo”, señala.

Si bien los embalses presentan más agua que el año pasado -cuando el déficit era de 92% en esta fecha en La Paloma, por ejemplo-, no es el fin de la sequía, dice Eric Sproles, investigador del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza). “Tenemos año lluvioso en la región, pero la sequía no se terminó, necesitamos algunos años para recuperar los recursos. Este año fue bueno en términos de agua, pero no podemos olvidar que vivimos en un clima semiárido, no es una jungla y no podemos usar agua como un recurso sin límite”, asegura.

Tomará varios años afirmar que la sequía se ha ido, pues es un proceso que llega más allá de los embalses: a los acuíferos.

Jorge Núñez, investigador del Centro del Agua para Zonas Áridas, Semiáridas y Subhúmedas Secas de América Latina y el Caribe (Cazalac), explica que el sistema hidrológico se propaga desde la lluvia, pasando por la nieve, caudales y nivel de agua en los embalses, hasta los acuíferos. “Así como la sequía se propaga de forma lenta en ese mismo orden cuando se inicia, la recuperación también se produce en forma lenta en el mismo sentido. De modo que lo primero en recuperarse serán los componentes del ciclo que responden más rápido (precipitaciones) y muy posteriormente los más lentos (nivel de embalses y agua subterránea)”, dice.

Para que ello ocurra, se requiere que la recuperación en las precipitaciones se desarrolle por varios años, para compensar la pérdida acumulada durante la década precedente. “Es demasiado pronto para establecer un cambio significativo del estado hídrico, al menos en variables de recuperación lenta”, indica Núñez.

Deberían repetirse al menos tres o cuatro años como este, al menos para la Región de Coquimbo, que es la que lleva más años con escasez, sin embargo, la probabilidad de que el fenómeno de La Niña reaparezca el próximo año es alta, con lo que las precipitaciones pueden volver a disminuir.

“En ese escenario es esperable que la oferta hídrica natural vuelva a decaer, pero la disponibilidad de agua en las cuencas queda determinada fundamentalmente por el nivel final de agua en los embalses a inicios de 2016 y la gestión que hagan del mismo las juntas de vigilancia para las próximas temporadas”, agrega el especialista.

Hacia el sur

En la Región Metropolitana, donde el nivel de precipitaciones aún está en déficit (29% en Santiago), el embalse El Yeso tiene un 37,5% de déficit. En la Región de Valparaíso, Peñuelas está en el 29,3% de su nivel histórico (ver infografía).

En precipitaciones, dice Garreaud, estamos un poco mejor que el año pasado a igual fecha. “En la zona centro-sur cada tormenta ayuda a disminuir el déficit, pero todavía faltan algunos meses y cuando uno promedie, probablemente no se va a revertir el déficit. Ni siquiera llegaremos a un año normal, porque es muy marcada la estacionalidad”, sostiene.

El climatólogo agrega que en la zona entre Valparaíso y Maule, es difícil recuperar lo que no llueve en invierno, aunque tengamos una primavera un poco lluviosa. “Menos en verano, por lo que en los registros quedará que fue un año más de sequía”, asegura el experto del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia.

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