Pese a últimas lluvias, la sequía no ha terminado en la zona centro-sur del país (La Tercera)

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Déficit de precipitaciones se mantiene en Santiago, Chillán y Punta Arenas, entre otras ciudades. Especialistas sostienen que deben pasar hasta 10 años antes de decretar que terminó el fenómeno.

Por Cristina Espinoza

El sistema frontal que afecta desde la Región de Valparaíso al sur, debería registrar entre 1 y hasta 70 mm de precipitación, dependiendo de la zona, pero no alcanzará para sacar a varias de ellas de sus niveles de precipitación bajo lo normal, tendencia que lleva hasta en algunos casos casi 10 años.

Son zonas que están en sequía meteorológica, es decir, la precipitación que reciben es menor que su registro histórico (promedio 1960-1990). Según la Dirección Meteorológica (DMC), las últimas tormentas dejaron con superávit a varias estaciones de la zona centro-sur y, en mayo, por ejemplo, se veían niveles normales a extremadamente lluviosos en todo el país. Algo similar está pasando en junio, aunque ciudades como Santiago, Chillán o Punta Arenas siguen con déficits que van desde 9% al 47% (ver infografía), lo que puede mejorar o empeorar en el resto del año.

“Un evento fuerte influye en la perspectiva a corto plazo, hasta seis meses, pero si se analizan los últimos tres o cuatro años, empieza a disminuir la influencia. El acumulado hasta hoy con respecto al historial de los últimos años, no alcanza a contrarrestar los efectos de la megasequía”, dice Jorge Núñez, investigador del Centro del Agua para Zonas. Áridas de América Latina y el Caribe (Cazalac).

Agrega que los superávits actuales fueron gatillados por eventos específicos que podrían no repetirse. Cuando se analiza a partir de un año y hasta cuatro, desde la Región de Valparaíso al sur, los niveles de precipitación permanecen de “ligeramente seco” a “extremadamente seco”.

René Garreaud, climatólogo del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), no descarta que la zona centro-sur continúe con déficit. “Puede que siga acortándose, pero se necesitan como tres eventos grandes, además de los normales. Si lloviera lo que tiene que llover, esos 200 mm menos que hoy hay en Chillán, por ejemplo, igual van a causar déficit”, dice.

“En Santiago, si bien tenemos casi un 40% de la precipitación de un año normal, aún no podemos decretar este año como lluvioso o que se terminó la sequía, por cuanto en 2016 en igual fecha teníamos un mayor registro de precipitaciones (178mm), pero igual fue seco”, dice José Miguel Torrico, de la Convención de la ONU contra la Desertificación y la Sequía.

Tipos de sequía

Existen distintos puntos de vista para el análisis de la sequía, explica Cristian Orrego, ingeniero del área meteorológica del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza). Hay sequía meteorológica cuando las precipitaciones están bajo el promedio climatológico; agronómica, cuando el agua para riego es escasa (lo que se puede producir por falta de lluvia o sobre consumo) e hidrológica cuando además, las reservas subterráneas, lagos y embalses están bajo los promedios.

“Desde el punto de vista de la sequía meteorológica se puede decir que, por ejemplo, las regiones de Atacama y Coquimbo están saliendo progresivamente de la sequía, debido a que los últimos tres años han sido más lluviosos de lo normal, siendo 2015 y 2016 influenciados por El Niño y el 2017 influenciado por un estado neutro/positivo de El Niño y la fase lluviosa de la oscilación de Madden-Julian”, indica Luis Muñoz, meteorólogo del Ceaza.

Sólo el sur de la Región de Coquimbo (Los Vilos), está en la categoría ligeramente seco a moderadamente seco y, de mantenerse el año lluvioso, podría llegar a una recuperación de la sequía meteorológica. Pero la desertificación sigue vigente.

Hacia el sur, la situación es más compleja. “En el norte, una tormenta puede hacer el año, pero en el sur una tormenta no equivale a un año de precipitación”, dice Garreaud. “Para decir que una zona ya no tiene sequía se deben esperar diez años o más, ya que son procesos que responden a tiempos ecológicos y si bien un año puede llover mucho en una zona con sequía, puede que en los nueve posteriores no”, agrega Ángelo Sartori, coordinador nacional de Bosques y Cambio Climático de Conaf.

“Es difícil decir si va a continuar o va a disiparse, tiene que pasar este año y venir el próximo para saber si la tendencia continuará, como son ciclos lentos, es difícil que con un año se pueda tener certeza”, dice Nuñez.

Respecto a la sequía agrícola, al menos en esta temporada no existe, dice Camilo Navarro, director del Departamento de Gestión Integral del Riesgo del Ministerio de Agricultura. “Todos los embalses están con niveles normales. Lo que se entiende por sequía agrícola no hay, la demanda es más baja que la oferta, eso empieza a ocurrir a fines de septiembre o principios de octubre”, dice. Al menos en el Minagri esperan que el año siga normal.

Con todo, Navarro sostiene que hay que seguir capacitando, porque el escenario normal en el futuro será con sequía. “Hay que innovar, generar semillas más resistentes a los ciclos hídricos, acortar ciclos, usar bebedores, entre otros. Hay muchas técnicas para convivir con lo que se plantea en los próximos años”, dice.

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