Columna de opinión de Maisa Rojas, directora del Centro del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y académica del Departamento de Geofísica FCFM U. de Chile. Publicada en La Tercera.
A fines de agosto el Senado aprobó, y ahora ingresaron las indicaciones, para legislar un marco regulatorio y la institucionalidad para enfrentar el cambio climático y cumplir los compromisos internacionales, en particular el Acuerdo de París. El proyecto estipula por ley el compromiso de carbono neutralidad de Chile al año 2050.
Esta ley es urgente. La ciencia indica que esta década es crítica para ponernos en ruta firme hacia la necesaria “descarbonización” de nuestras fuentes energéticas. Aunque Chile va avanzando bien, sabemos que las voluntades y/o prioridades políticas pueden cambiar, por lo que es importante plasmar estos compromisos en una ley.
En Chile existe amplio consenso que el cambio climático es un problema urgente y que ofrece oportunidades para un desarrollo sostenible. Este consenso transversal y amplio se refleja en la unanimidad con que se aprobó avanzar hacia la ley.
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El proyecto crea un Comité Científico Asesor, al alero del Ministerio de Ciencia, Conocimiento, Tecnología e Innovación, incluye a dicha Cartera en el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático. Este Comité Científico Asesor permitirá acceder a la mejor información y a la sistemática evolución del conocimiento científico acompañando así el camino de la descarbonización.
Dos aspectos nos parecen clave. La primera es la coherencia entre los instrumentos establecidos en la ley. Debe haber un engranaje virtuoso entre la Contribución Nacionalmente Determinada que define el “objetivo” que se busca y la Estrategia Climática de Largo Plazo y los planes sectoriales y regionales que describen “cómo” lograr esos objetivos, incluyendo metas intermedias.
El segundo, es la transparencia. La transparencia es la piedra angular del Acuerdo de París, que exige a los países reportar sus acciones con una metodología clara, replicable y verificable. Este sistema denominado Monitoreo, Reporte y Verificación asegura el avance creíble de cada país.
El Comité podrá apoyar a que este sistema cumpla con el estándar internacional, permitiendo evaluar el avance nacional y su contribución al objetivo colectivo global.
Con los ajustes necesarios para asegurar coherencia y transparencia, este proyecto de ley podrá cumplir con su objetivo de llevarnos a un país carbono neutral y resiliente al 2050. Este compromiso tomado por Chile exige a toda la población a contribuir a una trayectoria que debemos recorrer juntos.