Sequía en Chile: Cuando el agua ya no cae del cielo (Explora.cl)

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(Explora.cl, 27 de marzo) “Uno espera que el agua caiga del cielo”, comenta con desconcierto Inés Lefihuala. Al igual que otros pequeños agricultores de la Región de la Araucanía, considera que es normal que la lluvia baste para sostener sus siembras. Hoy observan impotentes cómo se estropea su cosecha por el déficit de precipitaciones por tercer año consecutivo en esta zona. “La fruta madura antes, cuando aún está chiquita; entonces, no rinde”, explica Inés, refiriéndose a su caso. “Sólo los predios grandes que cuentan con sistema de regadío propio han podido salvar sus cultivos”. Hace 10 años atrás habría resultado impensable para estos campesinos estar hablando de sequía, pero en estos momentos constituye su mayor preocupación.

Por Susana Quiroz y Loreto Caro

¿Qué es la sequía?

El suministro de agua fresca en el mundo se obtiene casi totalmente de la precipitación que es un resultado de la evaporación del agua de mar. El proceso resultante de la transferencia de humedad del mar al continente y de vuelta al mar conforma lo que se conoce como ciclo hidrológico.

El ciclo hidrológico tiene características particulares en cada lugar del mundo y es esencialmente variable (aleatorio) con cambios entre estaciones y de un año a otro.

Se define como sequía un periodo, de extensión variable, en el cual una región pasa por un déficit en el suministro de agua, ya sea agua atmosférica, superficial o subterránea. Una sequía puede durar meses o años y generalmente ocurre cuando una región recibe, en forma consistente, precipitaciones que están por debajo de lo “normal” (promedio esperado).

Las sequías en Chile

Chile pasa cíclicamente por períodos donde se presenta o un superávit o un déficit en las lluvias.

En la medida que se ha ido extendiendo y mejorando la red de mediciones de precipitaciones (pluviometría) y caudales (fluviometría), es posible identificar y cuantificar con mayor precisión las sequías ocurridas en Chile y las regiones afectadas.

Las regiones más frecuentemente afectadas por sequías van de la III a la V Región. Sin embargo, las sequías ocurridas en 1955, 1968-1969 y 1998-1999 afectaron a gran parte del país, desde la III hasta la IX Región.

Las sequías ocurridas durante los períodos 1968-1969 y 1998-1999 tienen particular importancia porque hasta hoy son utilizadas como patrón de referencia a la hora de diseñar obras hidráulicas de importancia como embalses, centrales hidroeléctricas, abastecimiento de agua potable de grandes centros urbanos, etc.

Según Rodrigo Caro, ingeniero PUC y MS de University of Iowa, uno de los aspectos que más preocupa a autoridades, científicos, planificadores e ingenieros es la persistencia de años secos durante los últimos diez años, afectando particularmente desde la Región Metropolitana al norte. Lo anterior queda bien representado en la tabla 1 que muestra el comportamiento de la precipitación anual entre Ovalle y Concepción para el período 2005-2014.

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En la tabla 1 se aprecia que, en al menos 7 años de la década 2005-2014, todas las estaciones presentan una precipitación anual que ha estado por debajo de lo normal, con una magnitud de déficit que es superior al 10%.

La severa sequía que afecta la zona centro-norte del país tiene su manifestación más visible al comprobar que los embalses Santa Juana, Paloma, Puclaro, Recoleta, Cogotí, Aromos y Peñuelas están prácticamente secos (ver boletín de la DGA febrero 2015).

Causas de las sequías

¿Por qué no llueve? En la opinión de Claudia Villarroel, MA en Meteorología y Climatología, quien trabaja en la Dirección Meteorológica de Chile, existen tres factores principales que pueden condicionar un estado de sequía:

• La presencia del fenómeno de ‘La Niña’, el cual forma parte de un ciclo natural conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) que está influido por la estrecha relación que existe entre la temperatura de la superficie del mar y los vientos. Las fases frías del ciclo están asociadas a ‘La Niña’, mientras que las cálidas se le atribuyen a ‘El Niño’. Claudia Villarroel señala que deberíamos estar pasando por un evento de ‘El Niño’, sin embargo, éste no ha sido fuerte ni se ha sostenido en el tiempo; ha sido muy débil como para causar un impacto importante respecto a posibles precipitaciones.
• La Oscilación Decadal del Pacífico, una variación del clima del océano que alterna fases de calentamiento y enfriamiento cada 10 a 30 años y que en su fase negativa, como la actual, se relaciona con años más secos.
• El cambio climático; se refiere al conjunto de transformaciones en los patrones de clima en períodos de tiempo que van desde décadas hasta millones de años y que puede estar delimitado a una región específica o abarcar toda la superficie terrestre.

El experto René Garreaud, subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la Universidad de Chile, señala que los dos primeros fenómenos no se han manifestado en forma certera. La conexión ‘El Niño/Lluvioso’ y ‘La Niña/Seco’ se ha ido deteriorando con el tiempo; en cuanto a la Oscilación Decadal del Pacífico, si bien se está pasando por una fase negativa, igualmente ha habido precipitaciones. Garreaud afirma que los dos factores anteriores por sí solos, no dan cuenta de esta sequía extrema y extensa, por lo tanto, tiene que existir un tercer factor: el cambio climático y sus causas antropogénicas, es decir, aquellas que se deben a la intervención del ser humano. Entre éstas, la que se cita con mayor frecuencia es el calentamiento global.

Consecuencias de la sequía

Dado que el agua tiene múltiples usos, los cuales varían en las distintas regiones del país, la sequía trae consecuencias negativas en el medio ambiente y en todas aquellas actividades humanas que dependen del agua.

En términos generales, los usos del agua se clasifican como usos in-situ y usos extractivos. Los primeros corresponden a aquéllos que permiten emplear el agua sin consumirla y aprovechar el recurso sin extraerla de su fuente original. Los usos in-situ más importantes son: turismo, deportes y recreación; acuicultura; pesca deportiva y recreativa; y usos ambientales del agua.

Los extractivos corresponden a aquellos que emplean el recurso por medio de la extracción del agua del cauce. Si el agua regresa al cauce una vez utilizada (ej: generación hidroeléctrica) se habla de un uso no consuntivo. Entre los usos consuntivos (el agua no regresa al cauce) se incluyen las extracciones para riego, para agua potable y para las actividades industrial y minera.

Los efectos de la sequía se asocian generalmente a la agricultura y ganadería. Sin embargo, todos los sectores y actividades mencionadas anteriormente se ven afectados por la escasez de agua.

La sequía tiene consecuencias no sólo en la cantidad de agua disponible. En efecto, los bajos caudales que están asociados a una sequía pueden afectar la calidad del agua ya que se reduce la capacidad de dilución de los contaminantes y aumenta la polución.

¿Qué podemos hacer?

Durante las tres últimas décadas, la presión sobre los recursos hídricos existentes se ha intensificado significativamente debido a que la estrategia de desarrollo económico del país está basada en un conjunto de productos que dependen del recurso hídrico para su producción (cobre, fruticultura, vino, celulosa, salmonicultura) y, también, debido al incremento poblacional.

Si a este fuerte incremento de la demanda de agua, se agrega la disminución de la disponibilidad del recurso debido a las sequías (disminuye la oferta), estamos a las puertas de problemas y conflictos mayores por el uso del agua disponible. El panorama anterior requiere de la acción conjunta de las instituciones públicas y privadas que tienen relación con la gestión del recurso hídrico y la colaboración indispensable de la ciudadanía.

En un informe preparado recientemente por el Banco Mundial (2013), se establece que una de las líneas de acción de la Estrategia Nacional para los Recursos Hídricos es el fortalecimiento de la institucionalidad actual como medida prioritaria para el mejoramiento de la gestión de las aguas de Chile. Dentro de los numerosos temas de interés abordados en el estudio, se identifican 102 funciones necesarias para la gestión del agua, las cuales son cumplidas por 43 actores institucionales, de los cuales 29 son organismos de gobierno, pertenecientes a 7 ministerios diferentes : Obras Públicas, Energía, Agricultura, Vivienda y Urbanismo, Salud, Economía y Medio Ambiente.

El mejoramiento de la institucionalidad para la gestión del recurso hídrico es una condición necesaria, pero no suficiente. Se requiere, además, de ciudadanos conscientes que el agua es un recurso indispensable para la vida y que nos pertenece a todos.

Si cada persona incorpora algunos de estos simples hábitos a su vida cotidiana, los especialistas aseguran que se puede hacer una diferencia:

• Cerrar la llave del agua al lavarse los dientes, afeitarse o enjabonarse el cabello en la ducha.
• No dejar la llave abierta y arreglar cualquier posible fuga. Si están todas las llaves cerradas y el medidor sigue avanzando, es probable que existe alguna.
• Utilizar un recipiente para enjabonar los platos y otro para enjuagarlos. Hacer una lavaza y dejar remojando ollas o fuentes para que sean más fáciles de lavar.
• Regar el jardín al anochecer o amanecer, reutilizar aguas grises de la lavadora o lavaplatos, incluso de una pecera. También el agua con que se lavan las verduras o para hervir huevos o tallarines, rica en nutrientes, harán bien al jardín o plantas (cuidar que el agua no tenga sal, agregar ésta después de cocinar, directo al plato).
• Si la ducha diaria dura menos de 5 minutos, se ahorra hasta 3.500 litros mensuales de agua. Un baño de tina requiere unos 150 litros de agua que se pueden ahorrar, o reutilizar cargando el estanque del inodoro.
• Usar la lavadora sólo con carga llena de ropa. El agua residual se puede utilizar para llenar el estanque del inodoro.
• Colocar una botella llena en el estanque del inodoro, ya que reduce la cantidad de agua a utilizar en cada descarga.
• Mejor barrer las veredas que lavarlas, de lo contrario, se pierden unos 300 litros de agua.

Fuentes:

Rodrigo Caro, ingeniero PUC y MS de University of Iowa.
Claudia Villarroel, MA en Meteorología y Climatología. Dirección Meteorológica de Chile.
René Garreaud, subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Universidad de Chile.
Boletín Dirección General de Aguas Febrero 2015
Boletín Monitoreo de Sequía Meteorológica Febrero 2015
Manual para el consumo responsable de agua potable

Enlaces:

http://www.meteochile.gob.cl/inicio.php
https://www.wmo.int/media/es
http://www.climatedatalibrary.cl/UNEA/maproom/index.html?Set-Language=es
http://www.magrama.gob.es/es/agua/temas/observatorio-nacional-de-la-sequia/
http://www.wmo.int/youth/es

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