La Casa de Bello tuvo una significativa participación en las comisiones de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) sobre gestión del agua y resiliencia frente a desastres naturales que entregaron sus resultados a la Presidenta Michelle Bachelet. En la ceremonia, la mandataria anunció, además, el despacho en enero del proyecto que creará el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Por Cristian Fuentes Valencia – Prensa Uchile
Un rol protagónico tuvieron los ocho académicos de la Universidad de Chile que integraron las comisiones sobre Sostenibilidad de los Recursos Hídricos y Resiliencia frente a Desastres Naturales impulsadas en la segunda mitad del 2015 por la Presidenta de la República, Michelle Bachelet. Ambas unidades, integradas por representantes de la academia, el gobierno, el mundo privado y la sociedad civil, entregaron este martes 20 de diciembre sus respectivas propuestas para el desarrollo de estrategias ante estos fenómenos.
El equipo de la Casa de Bello, compuesto por especialistas de distintas áreas del conocimiento, participó en la ceremonia de entrega de estos informes que se celebró en el palacio de La Moneda. Integraron esta comitiva el rector (s) de la Universidad de Chile, Rafael Epstein, y los miembros permanentes de ambas comisiones, el decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM), Patricio Aceituno; el académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas, Rodrigo Fuster; la profesora de la Facultad de Ciencias Sociales e investigadora del Programa de Reducción de Riesgo de Desastres (CITRID), Sonia Pérez; el director del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos; la académica de la Facultad de Ciencias Agronómicas, Paulina Aldunce; y el equipo docente de FCFM conformado por el también director de CITRID, Jaime Campos, y los profesores Laura Gallardo y Servet Martínez.
Mensaje presidencial
En la ocasión, la Presidenta hizo referencia a un informe del Banco Mundial en el 2015 en que se señala que un 54 por ciento de la población chilena y un 12,9 por ciento del territorio nacional está expuesto a tres o más tipos de amenazas de origen natural, hecho que lo transforma en el miembro de la OECD más expuesto a este tipo de desastres.
Ante esta realidad, señaló que “la escasez de agua y los efectos de los desastres naturales no tienen por qué ser una fatalidad en nuestro destino. Chile está frente a retos que puede enfrentar con iniciativas propias y respuestas eficaces”. Esto, agregó, “tiene que ver con la forma como habitamos el territorio; con la rapidez con que adaptemos nuestro modelo productivo; con la manera en que hagamos buenas políticas públicas en vivienda, agricultura o en infraestructura; pero también con la manera en que sostengamos los esfuerzos e inversiones en el marco de la cooperación público-privada para que la investigación y la innovación dialoguen en forma permanente con la sociedad”.
Como ejemplo de este trabajo colaborativo hizo referencia al auto solar Eolian Fénix, iniciativa liderada por estudiantes de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile. En relación al marco institucional, por otra parte, adelantó que durante el mes de enero será despachado al Congreso el proyecto de ley que creará el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Recursos Hídricos
La condición de Chile como uno de los 10 países más vulnerables ante el cambio climático, un consumo de agua que se triplicó en los últimos 25 años y el gasto de US$ 43 millones en el primer semestre de 2016 en camiones aljibe para consumo de agua, son parte de los antecedentes que ubican al desarrollo sustentable en torno a recursos hídricos como preocupación central del Estado.
Rodrigo Fuster, académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas de nuestra Casa de Estudios y uno de los miembros permanentes de esta comisión junto al decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Patricio Aceituno, enfatizó el interés de los representantes de la Universidad de Chile en contribuir a “mirar un país mejor, más justo, en donde el agua no sea un factor limitante para el bienestar de nuestro país y nuestra gente. Creo que el principal aporte está en poner el énfasis en las necesidades de investigación, pero también en los requerimientos de formación de capital humano con capacidades para poder hacerse cargo de estos desafíos, y -por supuesto- que esto se transforme en algo que realmente impacte a la ciudadanía”.
Desastres naturales
El gasto anual para remediar los efectos de desastres naturales representa para Chile un 1,2 por ciento del PIB, lo que lo convierte en el país de la OECD con mayor gasto relativo al tamaño de su economía. Frente a esto, unos US$ 106 millones en ahorro por menores pérdidas significaría para el país la implementación de una Estrategia Nacional para la Resiliencia frente a Desastres Naturales.
Según comentó Sonia Pérez, académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, miembro permanente de esta comisión e investigadora del Programa de Reducción de Riesgo de Desastres (CITRID), uno de los principales problemas del país en esta materia es la falta de un marco legal y una institucionalidad clara respecto a este tipo de fenómenos.
El trabajo interdisciplinario de esta Comisión implicó principalmente pensar en las investigaciones que se necesitan para caracterizar las amenazas naturales y cómo investigar en la resiliencia comunitaria. Desde su ámbito, señaló la académica, “para nosotros fue fundamental destacar la importancia de relevar los saberes locales, de difundir los conocimientos científicos y hacerlos dialogar con la cultura de las comunidades, de fortalecer la cultura popular sobre los riesgos de desastres y de fortalecer también los aprendizajes sociales que este país debiera tener al respecto”.
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