Análisis: Reconstruyendo los últimos 5.000 años de la historia climática del hemisferio sur | (CR)2

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Antonio Lara, Ricardo Villalba, Rocío Urrutia-Jalabert, Álvaro González-Reyes, Juan Carlos Aravena, Brian Luckman, Emilio Cuq, Carmen Rodríguez y Alexia Wolodarsky-Franke

La utilización de indicadores naturales para determinar cómo fue el clima del pasado es vital para comprender el clima actual y sus variaciones a lo largo del tiempo. Estos indicadores, también llamados proxies (archivos climáticos de largo plazo)[1], pueden ser corales, testigos de hielo, sedimentos de lagos y mar, y anillos de árboles.

Fueron estos últimos los que se usaron para determinar los cambios de temperatura de los últimos 5.682 años para el sur de Sudamérica, convirtiéndose en el registro climático más extenso para el hemisferio sur, entregando datos con una resolución anual y expandiendo los registros existentes en más de 2.060 años. Los investigadores que participaron de este estudio publicado en la revista Quaternary Science Reviews trabajaron con anillos de alerce (Fitzroya cupressoides), la segunda especie más longeva del planeta y que puede vivir hasta 3.620 años. El alerce crece únicamente en lugares remotos de las regiones de Los Lagos y de Los Ríos, y en Argentina, en áreas cercanas a la frontera con Chile. Esta reconstrucción de temperaturas se realizó mediante el fechado y medición de los anillos de 480 muestras de árboles vivos y muertos -con una precisión de 0,001 mm- estableciendo una relación entre el ancho de anillos y temperaturas registradas en estaciones meteorológicas desde 1959.

El registro muestra una tendencia al calentamiento en el sur de Sudamérica para las últimas décadas (1960-2009), el cual no sería excepcional en el contexto de los últimos cinco milenios (Figura 1). Por ejemplo, entre los años 3.140 y 2.800 a. C., y entre el 70 a. C. y el 150 d. C. ocurrieron dos importantes periodos cálidos que coincidieron con la ausencia de avances de glaciares.

Figura: Reconstrucción de temperaturas máximas de verano para los últimos 5.680 años. La línea roja muestra la tendencia de la temperatura reconstruida.

Un resultado innovador de esta investigación es su coincidencia en el largo plazo con un registro de la radiación solar a escala global, en ciclos de 293, 434, 512 y hasta 746 años, que indican la persistente influencia de la actividad solar en el clima a escalas de varios siglos en el sur de Sudamérica. En escalas más cortas –de años o décadas- el estudio muestra que la temperatura está principalmente relacionada con la variabilidad climática del océano Pacífico, incluyendo el fenómeno de El Niño. Esta relación indicaría, al igual que otros estudios, que las latitudes medias del hemisferio Sur son una de las zonas del planeta que menos se está calentando en las décadas recientes.

Cabe destacar que este estudio demuestra la importancia de los anillos de crecimiento de los alerces milenarios como valiosos archivos históricos y con una amplia información acumulada sobre el clima. Esta es una poderosa razón para proteger estos bosques, que son un patrimonio de relevancia global y que están amenazados por las talas ilegales que persisten en la actualidad e incendios, cuya ocurrencia ha aumentado debido al incremento de las temperaturas y reducción de las precipitaciones en el sur de Chile asociadas al cambio climático.

Junto con esto, la investigación permitió caracterizar las variables climáticas naturales que han ocurrido a escala regional y sus causas, las que interactúan con el actual cambio climático provocado por los humanos, modulando los climas locales y afectando a las comunidades y los ecosistemas[2].

La base de datos desarrollada por este estudio, con más de 388.000 registros de anillos, se encuentra disponible en la página web del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia.

Notas

[1] Editado. La palabra proxy se reemplazó por proxies en itálica y se agregó «(archivos climáticos de largo plazo)»

[2] Editado. La redacción del antepenúltimo párrafo fue modificada y se incluyó el penúltimo párrafo para mayor claridad. 27 de mayo de 2020.