Arqueología de la lluvia

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El verano puede hacernos olvidar que vamos retornando hacia el invierno patagónico de nuestro hemisferio: gélido y tempestuoso, pero necesario para que cada verano nos maravillemos con las tonalidades de verdes que se descuelgan desde los hielos de la cordillera hasta el borde de ese gran y antiguo lago que es hoy el seno de Reloncaví y el golfo de Ancud.

La lluvia, que nos acompaña y que alimenta millares de esteros en valles, lagos es islas, se reúne con el mar en las playas donde por milenios han habitado nuestros antepasados: los antiguos y los más recientes. Tal como la humanidad ha dejado múltiples rastros en forma de pequeños pueblos, ciudades, basurales y caminos, la lluvia en su curvilíneo escurrimiento define el contorno de aquellos puntos más bellos de nuestra geografía andina, marítima e insular.

En estado sólido, líquido o gaseoso -nieve, mar, nubes-, estamos aquí por ella y probablemente dependamos de ella para continuar. No es casualidad que la toponimia mapuche, huilliche y chono que nos cobija aluda repetidamente a esa relación, tampoco que nombres de ríos y lagos definan la identidad de nuestras regiones, provincias, comunas.

En 2021, el académico de la Universidad de Chile, René Garreaud (CR2), alertó el descenso en la precipitaciones medidas en la estación Tepual: el verano 2021 -donde precipitaron sólo 117 mm- fue el segundo más seco desde 1950, sólo superado por el verano 2014-2015. Ese mismo año, señala, en la región de Los Lagos y el norte de Aysén otras estaciones mostraron déficits similares (40-70%). Finalizando enero 2024, el déficit de lluvia es de -43%: han caído 37 mm cuando en un año normal debieran ser 65 mm.

Ante el acelerado proceso de calentamiento de nuestra atmosfera, la extensión de la aridez terrestre y la transformación radical de la vida de miles de personas a nivel global, una arqueología de la lluvia que considere el comportamiento humana en relación con este fenómeno podría ofrecer respuestas consistentes sobre el impacto de la reducción de las precipitaciones en nuestra historia milenaria. | Leer en Radio Polar.