Chile es uno de los países más urbanizados del mundo, en una de las regiones más urbanizadas del planeta. Por consecuencia, las ciudades de Chile son fuente de muchas de las emisiones que generan el cambio climático, y están sujetas también a los impactos negativos derivados de ello. Los edificios generan 30% de emisiones de gases de efecto invernadero, y los sistemas de transporte entre 25% y 30%. Durante este siglo, son las ciudades, sus ciudadanos y sus autoridades quienes van a tener un rol relevante en cómo enfrentamos el cambio climático. Debemos insistir en la importancia de priorizar la emergencia climática en la planificación y gestión urbana. El aumento en la resiliencia urbana y la reducción en la vulnerabilidad, deben tener como pilares centrales el combate a la desigualdad y segregación urbana, y considerar factores de diferenciación como los de género, etnicidad y etarios, incorporando a la ciudadanía a través de mecanismos claros de concientización y participación.
El informe contó con la participación y colaboración de integrantes del (CR)2: Marcela Munizaga, Pamela Smith, Laura Gallardo y Anahí Urquiza.