Geóloga identifica quebradas más activas y propensas a aluviones en San José de Maipo (El Mostrador)

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Francisca Roldán analizó alrededor de 300 aluviones en la Cuenca Alta del Río Maipo, vía teledetección. Este proyecto busca ofrecer una base científica para mejorar los mapas predictivos de susceptibilidad aluvional, además de potenciar las alertas tempranas.

Entre el 29 al 31 de enero del 2021, las lluvias marcaron un récord de precipitaciones de enero en la comuna de San José de Maipo superando los 100 mm de precipitaciones acumuladas en cotas altas de la cordillera. Esto provocó una serie de aluviones que dejaron a toda la comunidad aislada, además de daños en sus viviendas. Este evento hidrometeorológico, también afectó a la comuna de Lo Barnechea, donde hubo daños menores y cortes de camino.

A tres años desde este desastre, la doctora © en Geología UCN e investigadora del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) Francisca Roldán, continúa estudiando este sector para mejorar los mapas predictivos, utilizando una metodología de teledetección y trabajo en terreno en aquellas cuencas y quebradas que se activan con las precipitaciones extremas.

“Lo inusual del aluvión de 2021, fueron los daños causados, además de la isoterma 0°C. la cual alcanzó los 3.700 m.s.n.m. en las partes altas de la cuenca, produciendo una mayor captación de aguas lluvias,”, explica la geóloga. Según la experta, la gran activación de cuencas tuvo directa relación con la intensidad de la lluvia y su prolongada duración, además de las propias características geológicas, geomorfológicas y vegetacionales del área.

Por su parte, datos de la ex Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI), consignan que 2.514 personas fueron afectadas por este aluvión, 64 viviendas sufrieron daño mayor no habitable, 58 viviendas daño menor habitable, 37 viviendas fueron destruidas y 90 estarían en evaluación.

Hasta el 2 de febrero de 2021, hubo un total de aproximadamente 400 damnificados, mientras que en toda la Región Metropolitana, se estima que 10.861 personas quedaron sin suministro eléctrico.

Análisis multitemporal

Para el evento de 2021, Francisca Roldán, identificó alrededor de 300 micro cuencas activas en la Cuenca Alta del Río Maipo, debido a una isoterma “más alta de lo normal para una tormenta de verano” y al tipo de precipitaciones desarrolladas debido a un río atmosférico zonal (ZAR, por sus siglas en inglés).

En la actualidad, su área de análisis se extendió hasta la cuenca Aconcagua Medio por el norte y cuenca Río Cachapoal Alto por el sur, detectándo alrededor de 500 microcuencas activadas.

En efecto, en enero de 2021, la extensión total de la tormenta viajó desde la región de Valparaíso con dirección hacia el sur, hasta la región de la Araucanía, siendo considerada “una prueba de que los aluviones no se desarrollan a escala local” . como la gran mayoría piensa.

“Durante una tormenta de verano -que se caracteriza por lluvias intensas pero no tan continuas- el suelo no suele sufrir una sobresaturación y es más notorio el registro de un aluvión. En invierno, en cambio, este registro del aluvión es arrasado por las lluvias más continuas e intensas, donde hemos visto poco registro del depósito de un aluvión tendiendo más a un flujo hiperconcentrado”, señala Roldán.

A juicio de la científica, esto confirma que cualquier análisis de remoción en masa que se haga debe ser multitemporal y a escala de cuenca, considerando que cada tormenta tiene sus propias características, variando de manera sustancial el tipo de aluviones resultantes y cómo impactan a la comunidad. “Esto nos permitirá entender el territorio, y realizar los mapas de predicción y susceptibilidad correctos en base a las propias características de cada tormenta, dando resultados óptimos para que las autoridades puedan tomar decisiones que reduzcan el riesgo de desastre”, asegura.

Estos indicadores, son parte del proyecto de doctorado de la investigadora CIGIDEN, donde también colabora el director del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) René Garreaud, entregando apoyo a través del entendimiento de datos meteorológicos y que abarca las cuencas del Aconcagua, Río Mapocho, Río Maipo y Río Cachapoal. A la fecha han identificado alrededor de 800 aluviones en total.

En la misma línea, el académico USM e investigador principal CIGIDEN, Patricio Catalán, explica que a diferencia de otros países, los terremotos en Chile pueden generar tsunamis cercanos a la costa, por lo que evacuación preventiva, es decir, antes de recibir la alerta técnica SAE, puede ser vital.

“El problema con la alerta técnica, es que el terremoto se demora en viajar, y para caracterizar su magnitud y epicentro, es necesario esperar a que el sismo finalice. En Chile, esta evaluación puede durar entre tres a cinco minutos, por lo que la primera alerta puede demorar ocho minutos, a partir de que ocurra el terremoto”, advierte Patricio Catalán.

Revisar el tiempo

Debido al Cambio Climático, durante el verano también se pueden presentar fuertes precipitaciones, las que pueden desencadenar en el desarrollo de aluviones (tal como ocurrió en el Cajón del Maipo en 2021) e inundaciones.

Para prevenir tener experimentar alguno de estos desastres, es importante estar informado del tiempo, mediante las alertas meteorológicas, aplicaciones para celular y consultar los mapas de impacto, proporcionados por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED) y el Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN).

“Al escuchar ruidos en las quebradas, también es fundamental evacuar de inmediato”, indica la doctora © Geología UCN e investigadora CIGIDEN, Francisca Roldán.

Olas de calor

Hasta el 29 de enero de 2024, ya han sido afectadas 1825.57 hectáreas, según el último reporte de incendios forestales de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).

El calor extremo ha sido una de las amenazas que recientemente está llamando más nuestra atención. Las olas de calor son cada vez más frecuentes, convirtiéndose en una de las condiciones climáticas que acrecienta el riesgo de incendios forestales, por ejemplo, además de problemas para la salud. El académico del Departamento de Arquitectura USM e investigador principal de CIGIDEN, Jorge León, explica que la falta de humedad, las altas temperaturas, junto al exceso de viento, serían algunos factores dominantes en el desarrollo de un incendio forestal.

“Para evitar un incendio, las personas que viven en zonas que limitan entre lo urbano y lo rural, deberían tener a lo menos, los 40 metros próximos de su vivienda, despejados de vegetación y/o elementos inflamables y que pueden propagar el fuego rápidamente, como el caso de hierbas, arbustos, matorrales, maleza u otros escombros y basura”, explica Jorge León de CIGIDEN.

Asimismo, la doctora en Sociología UC e investigadora CIGIDEN, Katherine Campos, recalca que para que los procesos de prevención sean oportunos y efectivos, deben ser liderados por los gobiernos locales, a través campañas informativas sobre vías de evacuación y medidas comunitarias, que consideren el contexto y los conocimientos que tienen las comunidades para enfrentar los desastres. | Leer en El Mostrador.