La experta del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia analizó en Tu Nuevo ADN la alarmante realidad en base a evidencias científicas.
Por José Campillay
En un nuevo episodio de Tu Nuevo ADN, Andrea Obaid conversó con Camila Álvarez del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, sobre la sequía y el desarrollo de la crisis hídrica.
La investigadora analizó la alarmante realidad sobre este tema a lo largo de todo Chile. Se trata de un problema que abarca mucho más allá de la Región Metropolitana y se debe entender desde la gravedad que representa.
“Hace más de una década que afrontamos esto que denominamos la ‘Megasequía’, que tiene una componente de cambio climático antropogénico. No es solamente variabilidad natural del clima”.
“Se proyecta a futuro. El descenso en las precipitaciones va a seguir, dependiendo de los modelos que uno utilice para hacer las proyecciones, van a ser más o menos dramáticos”, aseguró.
En ese sentido, la experta apuntó a una tendencia sostenida en el tiempo que, a raíz de diversos factores que se complementan, genera un problema que repercute en la sociedad.
Entre las variables que influyen directamente en la crisis, se refirió a dos puntos basados en las cuencas y su funcionamiento. Uno de carácter externo, natural, y otro que responde al manejo humano.
“Hay una diferencia clara entre lo que se denomina sequía, una condición meteorológica y lo que pasa dentro de la cuenca que puede generar escasez de agua. Eso va a depender de cómo manejamos y repartimos el recurso“.
Bajo el punto de vista de Álvarez, “es una combinación de ambos. Está entrando menos agua al sistema y se sigue usando como si el recurso no fuera finito y no estuviera decreciendo”.
El uso y manejo del agua
Chile es uno de los países más vulnerables de la región respecto a la crisis hídrica producto de la sequía y es fundamental trabajar en la distribución del recurso.
Una de las acciones más recientes y significativas fue una actualización del Código de Aguas en nuestro país que se hizo en enero del presente año.
“Se dejó establecido una priorización del consumo humano por sobre otros usos. Pero hay facultades en las que la DGA (Dirección General de Aguas) todavía no logra hacer efectiva esa priorización“, indicó.
“Dado que los cambios en el código no son retroactivos, hay una series de trabas que todavía existen que se pueden seguir mejorando”, explicó Camila Álvarez.
Considerando la complicada realidad de Chile, desde el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) buscan establecer nuevas medidas para trabajar en la mejora del uso y manejo del agua.
Desde el organismo trabajan en implementar un sistema similar al utilizado por los países para alcanzar la carbono neutralidad. “Queremos hacer el símil con cuota de agua o límites sostenibles de uso. Cuáles son los límites de cada cuenca en relación a cuánto reciben y cuánta usan”.
Escucha la entrevista en Radio ADN.