Santiago de Chile es una ciudad altamente segregada. Mientras que en algunos barrios la tasa de pobreza es del 0%, en otros trepa hasta el 15%. La calidad de la infraestructura básica y de los servicios públicos es muy desigual entre las comunas ricas y pobres. El derecho humano a vivir en un ambiente limpio, saludable y sostenible se ve también afectado por los eventos climáticos extremos y esto podría, según los expertos, generar conflictividad social. Pero en Santiago la sociedad civil es consciente de todo esto y ya busca soluciones: desde la jardinería extrema que cultiva sin césped y restringe el riego, hasta las cooperativas sociales y proyectos verdes como el de Renca. #SoytuCiudadDW
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