El Acuerdo de París de reducción de gases de efecto invernadero, adoptado en diciembre del año pasado, entrará en vigor hoy, mucho antes de los esperado. Esta rapidez se debe a que más de 55 países (que representan al menos el 55% de las emisiones globales) ya han ratificado el acuerdo, incluyendo a los dos con mayores emisiones: Estados Unidos y China.
Recordemos que en diciembre de 2015, en París, 196 naciones acordaron dar un giro fundamental en nuestro desarrollo. El compromiso es descarbonizar la economía mundial en las siguientes décadas para limitar los impactos del cambio climático. Y este gran desafío requiere celeridad: mientras antes comencemos la transición, más fácil será.
Chile no ha ratificado todavía el acuerdo, y esperamos que lo haga luego porque nuestro país es altamente vulnerable al cambio climático, como ha evidenciado la extensa sequía que ha sufrido la zona centro-sur en los últimos seis años. Alrededor de un 25% de esta “megasequía” se la podemos atribuir al cambio climático, en el contexto de un planeta que ya se ha calentado 1 ºC.
Este solo hecho debe ser una lección para enfrentar el futuro y permear las políticas públicas. El desafío del cambio climático debe ser un eje transversal del desarrollo sustentable. A modo de ejemplo ya lo hemos visto en la política energética 2050, pero lo queremos ver también en la agenda de productividad, innovación y crecimiento; en el mundo privado y en el educacional.
Leer la carta al Director publicada en La Tercera.