Aureola que rodeó al Sol sorprendió a los chilenos en nueve regiones y sus registros colmaron las redes sociales (El Mercurio)

1727

Desde el mediodía de ayer, un inusual fenómeno atmosférico concentró la atención de los chilenos en gran parte del país. El teléfono de la Dirección Meteorológica sonó toda la tarde debido a personas que, asombradas con lo que estaban observando, llamaban desde diversas regiones para preguntar qué sucedía en el cielo.

Desde Iquique hasta Curicó se pudo apreciar una aureola alrededor del Sol, también llamada halo solar, un hecho que rápidamente se transformó en lo más compartido y fotografiado en redes sociales. Entre bromas y especulaciones, se culpó desde una invasión extraterrestre hasta una consecuencia inesperada de la segunda vuelta presidenciales. Pero, ¿qué sucedió en realidad?

José Maza, astrónomo de la U. de Chile y premio nacional de Ciencias Exactas, aclaró que se trata de un fenómeno bastante inusual que «no tiene nada que ver con el Sol». Se produce por nubes llamadas cirrus, que, debido a su gran altitud y escaso grosor, poseen cristales de hielo que producen un efecto de difracción, al igual que cuando llueve y se observa un arcoíris.

«Es un fenómeno atmosférico que ocurre cuando hay nubes delgadas, que posiblemente pueden haber estado a siete mil metros de altura, pero estaban tan parejas que el anillo se vio perfectamente y bastante marcado por varias horas», precisó Maza.

René Garreaud, académico del Departamento de Geofísica de la U. de Chile, añadió que en el sur del país el cirrus se asocia a la primera señal de una tormenta que se aproxima, pues luego el cielo se comienza a nublar, hasta que llega la lluvia.

«En este caso, las nubes vienen desde el altiplano. Hay mucha tormenta en la zona central del continente, por lo que estos cirrus están saliendo por la cordillera del norte de Chile y el sur del Perú, se dan toda la vuelta sobre el (océano) Pacífico y están reentrando al continente sobre la zona central (de Chile)», detalló.

El académico advirtió que observar este fenómeno sin lentes especiales es bastante dañino, porque «las nubes son tan delgadas que es como si se estuviera mirando directamente al Sol».

Leer en El Mercurio.