¿Por qué no llueve en Santiago?

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Santiago Nublado(La Tercera, 13 de mayo) por Cristina Espinoza.
Aunque la ausencia de lluvias podría parecer anormal para la época, expertos explican que en mayo, históricamente, no hay más de dos eventos de precipitaciones. A pesar que cada vez hay más certeza de la aparición de El Niño -que prometía un año lluvioso-, los pronósticos para Chile advierten que será débil y de aparecer, solo lo hará a mediados del invierno.

El refrán ‘abril lluvias mil’ es para la primavera de España, no para nosotros”, dice de entrada la meteoróloga Claudia Villarroel, investigadora de la Dirección Meteorológica de Chile. Abril, en general, es un mes seco y recién en mayo comienzan las lluvias para la zona central, aunque para Santiago son solo dos eventos (cada uno puede durar un par de días) en promedio. “Y ya llovió en los primeros días de mayo. No estamos dentro de una anormalidad”, agrega.

El año 2014 ha comenzado a dar signos de ser uno normal en términos de pluviosidad para el país, en cuyo caso, en promedio, hay doce eventos lluviosos en el trimestre junio-agosto en Santiago. El fenómeno de El Niño, anunciado para este año -y para el cual hay proyecciones diametralmente opuestas- tendría un débil impacto desde mediados del invierno.

Cristóbal Juliá, meteorólogo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza), explica que aún estamos en una fase fría, asociada a la condición de La Niña, que suprime las precipitaciones. “Venimos saliendo de esa fase, pero hay que considerar que no sólo El Niño tiene relación con las precipitaciones, hay varios índices que uno revisa, como el índice de oscilación del sur, la presión del Pacífico Sur, la oscilación antártica, etc. Ahora, el anticiclón del Pacífico ha estado muy fortalecido y no permite el paso de sistemas frontales a Chile central. Sí ha llovido del Biobío al sur”, indica.

LAS SEÑALES DE EL NIÑO

La última proyección de la Administración Nacional Oceánica Atmosférica (NOAA) indica una probabilidad de hasta 78% de ocurrencia de El Niño a partir de octubre (para antes baja la probabilidad a 58%). Eso, debido a que la temperatura de las aguas del océano Pacífico oriental tropical ha subido (0,5 °C) y se prevé que seguirán calentándose.

El Niño es cada vez más seguro, sin embargo, existe división respecto de su intensidad. Aunque el NOAA -que realiza su proyección basada en modelos de varias instituciones del mundo- sostiene que por ahora no es posible determinar su intensidad, otros investigadores pronostican un Niño de características similares al de 1997, el más extremo hasta hoy.

“Sólo tenemos 140 años de registros de El Niño, pero sólo 20 años de lo que pasa bajo la superficie del océano. El Niño ocurre cada tres a siete años, por lo que sólo tenemos registro de cinco o menos eventos. Sólo uno se parece a lo que está sucediendo ahora: El Niño 1997/98. Así que la posibilidad de un gran evento es real”, dice a La Tercera Kevin Trenberth, científico del clima de la U. de Colorado (EE.UU.).

Su tesis tiene oposición, pues hay modelos climáticos que ni siquiera proyectan la aparición del fenómeno, mientras otros indican que será moderado. Juliá explica que la proyección del aumento de la temperatura para las aguas superficiales no debería superar 1,5 °C. “El 97 fue 2,4 °C, casi un grado más, lo que es muy significativo desde el punto de vista dinámico, por lo tanto, los efectos van a ser muy distintos”, asegura.

René Garreaud, climatólogo de la U. de Chile y subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), señala que cuando se han visto pocos eventos es poco lo que se puede decir. “Hay ciertos rasgos que se parecen, como la manera en que llegamos al calentamiento, pero no es garantía de que llegaremos. Los modelos no hablan de un Niño monstruoso, sino moderado; traspasado a las precipitaciones de Chile central lo más probable es que no sea un año seco, pero hay gran incertidumbre en decir si será lluvioso”, explica.

Villarroel agrega que su impacto podría sentirse de forma débil a partir de mediados de invierno y en primavera. “El impacto para el país sería de poca intensidad, sería un año normal más que lluvioso. Si El Niño llega a ser intenso, sería una primavera más lluviosa, pero en la zona austral sería más seco”, dice Villarroel.

http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2014/05/659-577843-9-por-que-no-llueve-en-santiago.shtml