«La mayor parte de la gente piensa que este ha sido un año lluvioso en Santiago, cuando todavía nos falta bastante», afirma Roberto Rondanelli.
Por Ignacio Molina
Pablo Fierro es doctor en Ciencias Ambientales. Comenta que se hizo común que nos sorprenda que llueva varias veces en invierno, que después del aguacero las montañas se vean nevadas, que los cielos luzcan más limpios. Una situación que -recuerda- era habitual antes de julio de 2010, es decir, en tiempos previos a la megasequía.
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