Por Ignacio Molina
Parece mito, pero es verdad. Hace unos veinte años, en el río Petorca se hacían carreras. Con las lluvias de julio y agosto, que incrementaban el caudal, los petorquinos se tiraban desde la parte alta en cámaras de camión infladas. El puente era la meta. Y se repletaba tanto de participantes como de curiosos que disfrutaban empapados con la competencia.
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