«La amenaza en marcha contra los últimos bosques milenarios de la Cordillera de la Costa» por Rocío Urrutia-Jalabert y otros autores

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La anunciada construcción de la Ruta T-720 en la Región de los Ríos dañará quizás irreversiblemente la rica biodiversidad del Parque Nacional Alerce Costero, uno de los escasos refugios de los bosques milenarios de alerce. Un grupo de investigadores expone en esta columna para CIPER cinco razones para detener el proyecto.

Desde el sector académico vemos con gran preocupación que, en pleno siglo XXI, cuando nuestras vidas ya están comenzando a verse afectadas por el cambio climático y la proliferación de voraces megaincendios, se persevere en vías de «desarrollo» que incrementan las amenazas sobre ecosistemas únicos. Hoy surge desde el gobierno de Gabriel Boric el apoyo a la construcción de un camino que pone en gran riesgo ecosistemas frágiles y de alta relevancia para nuestro país y el mundo. En su visita de inicios de enero a la Región de los Ríos, el Presidente anunció que mandataría al MOP y Agricultura para avanzar a la brevedad en la concreción de la Ruta T-720, con el objetivo de conectividad de La Unión y Corral.

La ruta cruza a través del Parque Nacional Alerce Costero, el que resguarda una biodiversidad única, y es uno de los escasos refugios de los bosques milenarios de alerce y de los últimos bosques ancestrales del tipo forestal Siempreverde de la Cordillera de la Costa. Esta Cordillera en la región de Los Ríos y de Los Lagos ha sido declarada como un sitio de alta prioridad para la conservación de la biodiversidad, pues alberga altos niveles de endemismos de flora y fauna.

Exponemos a continuación cinco razones por las que consideramos que la Ruta T-720 no constituye un beneficio para la zona sino que, por el contrario, tendrá grandes y profundos impactos negativos en los territorios y la biodiversidad que estos sostienen, los cuales es probable sean irreversibles. Nuestra oposición a este camino turístico no es antojadiza. Sin duda la conectividad brindada por el trazado de nuevos y mejores caminos tiene impactos positivos en las comunidades locales, pero sabemos que los caminos que se establecen a través de bosques tan únicos como los de alerce no son vías hacia el progreso, sino que hacia su explotación, degradación y destrucción irreversible.

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El alerce (Fitzroya cupressoides) es una especie emblemática de los bosques del sur del país, cuya escasa distribución se concentra principalmente en las regiones de Los Ríos y de Los Lagos, siendo de las especies más longevas del mundo junto al pino de California. El alerce fue declarado Monumento Natural el año 1976, a través del Decreto Supremo 490, prohibiéndose la corta de individuos vivos y de árboles muertos con posterioridad a la fecha de dictación de este Decreto. Debido a su explotación histórica indiscriminada, el alerce se encuentra actualmente en peligro de extinción.

El conocido «alerce milenario», el que podría incluso ser el árbol más longevo del mundo, crece precisamente en el Parque Nacional Alerce Costero, área protegida que será irremediablemente afectada directa e indirectamente por la ruta T-720. A esta amenaza sobre la conservación de los bosques de esta zona se suman presiones antrópicas como la ganadería, la introducción de especies invasoras y los loteos inmobiliarios.

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El proyecto de la ruta T-720 en tres tramos fue lanzado en el año 2008, como parte del programa «Integración para la nueva región: ejes para la integración y el desarrollo turístico sustentable», del gobierno de Michelle Bachelet; en momentos en que se creaba la nueva Región de Los Ríos. Esta ruta ha sido desde hace muchos años proclamada como una solución a problemas de conectividad de las comunas de Corral y La Unión. Concordamos con que Corral necesita conectividad urgentemente, lo que entendemos será solucionado en parte a través del mejoramiento de la ruta T-400 que une Valdivia con Corral. Esta es la ruta que desde un principio debió considerarse como inversión para solucionar los problemas de conectividad mencionados, y no la nueva ruta T-720, que atraviesa por lugares prácticamente inhabitados de alto valor natural. Si el problema de conectividad de Corral está en vías de ser solucionado, lo que cabe preguntarse es si la ruta escénica propuesta es realmente necesaria para la ciudad de La Unión, puesto que esta se encuentra a una hora de Valdivia, por un camino totalmente pavimentado, y aproximadamente a media hora de la ciudad de Osorno.

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Si actualmente este proyecto de ruta se encuentra detenido es porque, a pesar de dos rondas de observaciones y tres extensiones de plazo del Estudio de Impacto Ambiental, el Ministerio de Obras Públicas no ha cumplido con los requerimientos técnicos mínimos de la legislación ambiental vigente para manejar los impactos ambientales del proyecto en su tramo que afecta al Parque Nacional.

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La evidencia científica señala que en nuestro país y el mundo los caminos se relacionan directamente con un mayor riesgo de incendios forestales por el incremento del tránsito de personas, responsables del 99 por ciento de los incendios de este tipo en Chile. Si a esto se agrega que los caminos conllevan una mayor probabilidad de invasión de especies exóticas como el espinillo y el aromo australiano, que aumentan la inflamabilidad del paisaje, el riesgo de tener incendios de alta energía se incrementa. Esto se hace aún más patente al considerar que la ruta T-720 está rodeada de plantaciones forestales en su sector sur, lo cual implica una gran superficie de combustible homogéneo y susceptible de quemarse y generar un incendio de grandes proporciones.

Estas últimas semanas hemos visto la quema de grandes superficies de vegetación y zonas urbanas en Viña del Mar, y de una gran superficie (3000 ha.) de plantaciones forestales en un sector cercano a Valdivia (comuna de Paillaco). Este último incendio tardó más de diez días en ser controlado, con el consecuente gasto de recursos públicos y privados y la pérdida de ecosistemas. Como es sabido, los incendios en Chile son causados casi totalmente por las personas, observándose un incremento en el área quemada en la última década. Al día 13 de enero de 2023 y según las estadísticas de CONAF, en Chile se han producido veintiséis incendios más que en la temporada pasada, y casi doscientos más que en el último quinquenio. Se han quemado doce mil hectáreas más que el año anterior (y treinta mil más que en el último quinquenio). La evidencia científica plantea además que con el rápido cambio climático que estamos experimentando, la amenaza meteorológica para la ocurrencia de incendios (veranos cada vez más secos y calurosos) se incrementará en las próximas décadas, lo cual no nos puede dejar indiferentes.

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El impacto directo de la construcción de un camino sobre la flora y fauna de un parque nacional, más si este protege a una especie milenaria ya en peligro de extinción, es muy considerable. Existe un gran impacto directo sobre los bosques por la corta y descepado de numerosos individuos de alerce y ciprés de las Güaitecas, los cuales son irreemplazables. También existe un impacto considerable por el escurrimiento del ripio del camino sobre el bosque aledaño, lo cual hemos constatado está matando bosques de alerces en la ruta T-800 (que cruza el Parque Alerce Costero y que une La Unión con Hueicolla). Estos no son casos únicos, sino que se repiten en construcciones de carretera a través de bosques de araucaria en otras áreas protegidas y en bosques prístinos luego de la construcción de la Carretera Austral y sus caminos secundarios. Si a este impacto agregamos el escenario adverso de mayor riesgo de incendios al que nos enfrentamos y los bajos recursos que se asignan a CONAF para la gestión de las áreas protegidas, el escenario que enfrentan los bosques de alerces costeros es extremadamente preocupante.

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A la luz de estos antecedentes, no nos queda más que hacernos las siguientes preguntas: ¿Es la necesidad de contar con un camino turístico a través del Parque Nacional Alerce Costero tan alta como para poner en riesgo la existencia de los ecosistemas frágiles que contiene?; ¿quién se hará responsable frente al país si estos bosques milenarios se incendian a consecuencia de la construcción de este camino; acaso los alcaldes de las comunas de La Unión y Corral, o quizás el gobernador de la Región de Los Ríos? ¿O el Presidente de la República, quien que mandata concretar a la brevedad esta ruta sin considerar el impacto irreparable a la naturaleza?

Hacemos un llamado a reconsiderar esta decisión y promover una solución de conectividad para la zona que sea sostenible a nivel ecológico, social y económico. Tanto el gobernador Luis Cuvertino como los alcaldes de La Unión y de Corral deben reconsiderar su posición respecto a este camino, que pone en grave riesgo a los bosques de alerce y a otros bosques de alto valor de la Cordillera de la Costa. El Estado de Chile es privilegiado por tener bosques únicos en el mundo, pero este privilegio implica asumir la responsabilidad de protegerlos, lo cual se debe afrontar con una visión de largo plazo que vele por los derechos de las futuras generaciones y considere a la naturaleza como el pilar fundamental que nos sostiene para vivir en este planeta. | Leer en Ciper.

Columna escrita por: Rocío Urrutia Jalabert. Presidenta Corporación Alerce, Investigadora Adjunta Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia – CR2. Académica Universidad de Aysén; Jonathan Barichivich. Investigador Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), Francia, e Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Álvaro G. Gutiérrez. Profesor Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales Renovables, Universidad de Chile. Investigador principal Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB); Carlos Zamorano Elgueta. Investigador Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia – CR2. Director académico Universidad de Aysén; Alejandro Miranda. Investigador Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia – CR2. Laboratorio de Ecología del Paisaje y Conservación, Departamento de Ciencias Forestales, Universidad de La Frontera.