Seis eventos meteorológicos extremos se produjeron en el año (La Tercera)

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Aluviones, marejadas y sequías estuvieron entre los desastres provocados por bajas segregadas y sistemas frontales.

Por Cristina Espinoza

El 2015 estuvo marcado por seis eventos meteorológicos extremos: el verano en el sur fue uno de los más secos y calurosos de los últimos 50 años; una baja segregada provocó aluviones en el norte en marzo; mayo dejó inundaciones en Aysén; no llovió un milímetro en junio; luego un sistema frontal provocó marejadas y vientos sobre los 40 km/h en la Región de Valparaíso en agosto y, el mismo mes, un nuevo aluvión afectó a Tocopilla. No tuvieron una causa común, pero el fenómeno de El Niño contribuyó a que algunos tuvieran más impacto.

El climatólogo Roberto Rondanelli, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), dice que no es fácil atribuir un evento específico al fenómeno, porque hay que demostrar que no se habría producido de no estar presente, pero en el caso de la tormenta provocada por la baja segregada de marzo en el norte -el evento más extremo en cantidad de lluvia ocurrido desde que hay registro instrumental-, “tenemos una buena idea de que el calentamiento oceánico del Pacífico tiene que ver con la génesis de esa tormenta”, señala. También con la de agosto, que tuvo menos impacto.

Cristián Henríquez, geógrafo del Centro Cambio Global UC, agrega que algunos de los fenómenos se explican por variabilidad natural, pero otros tienen relación con tendencias globales, como el cambio climático. “El año 2015 puede no haber sido tan seco, pero se puede visualizar que la tendencia va hacia allá”, dice.

El junio seco es un fenómeno que aún no se estudia en específico. Juan Pablo Boisier, investigador doctoral del CR2, señala que aunque puede estar ligado al cambio climático, no lo explica completamente. “Es un caso raro, pues el fenómeno de El Niño ya estaba avanzado, lo que debería generar superávit”, dice.

Un estudio liderado por él, junto a otros investigadores del CR2, concluyó que cerca del 50% de la megasequía actual se explica por modulaciones naturales del clima (como La Niña), pero aproximadamente un 25% respondería a una señal antrópica de cambio climático.

Los expertos coinciden en que este tipo de eventos extremos aumentarán en el futuro. ¿Qué tan preparados estamos? En 2015, la baja segregada de marzo causó 18 aluviones simultáneos y crecidas de todos los cauces de ríos en la Región de Atacama, pero además dejó en evidencia la falta de coordinación. “Los procedimientos siempre son perfectibles y, tal como lo hacemos en todas las emergencias, establecemos lecciones aprendidas de mejora continua”, dicen ahora, desde la Onemi.

Para empezar, el organismo tiene previsto para este segundo semestre un simulacro de evacuación de aluviones en una comuna del norte. “Estos ejercicios buscan que los habitantes de las zonas de riesgo sean capaces de identificar los medios de alerta temprana, las vías de evacuación y que comprendan la señalización de zonas de peligro y áreas seguras”, señalan.

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