¿Tenemos suficiente agua para combatir incendios forestales?: Expertos analizan factores clave para nueva temporada de olas de calor (The Clinic)

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Hace algunas semanas ya comenzó a subir la temperatura, y con ello, aumenta el riesgo de incendios forestales. Con una megasequía hace 15 años, además, la zona central está en un escenario crítico. Especialistas advierten que para esta temporada estamos en condiciones similares a las de 2017 -días con más de 40 grados- cuando se quemaron más de 500 mil hectáreas en todo el país.

Por: Pedro Astaburuaga Coddou

Hasta las 22.40 horas de este miércoles 2 de noviembre, habían 66 incendios forestales registrados a nivel nacional. 34 de ellos de ellos se encontraban activos, de los cuales 11 correspondían a siniestros en la región del Maule, territorio que pasa actualmente por una intensa ola de calor.

De hecho, el lunes 1 de noviembre se registró en Talca la temperatura más alta que ha tenido la ciudad durante ese mes desde que se tiene registro. A las 17 horas, el termómetro marcó 37,5 grados Celsius. “La humedad llegó al 9%. Fue un infierno. Además, el viento que completa todos los componentes para generar los incendios forestales que hemos tenido y que vamos a seguir teniendo”, dice Patricio González, máster en climatología e investigador de la Universidad de Talca.

Nuestro país está en una alta vulnerabilidad climática porque el clima se ha puesto extremo, agresivo y hostil. Los daños que provoca, entre otras cosas, son las olas de calor y sequías que hemos tenido desde el año 2007 en adelante”, agrega el especialista.

Mauro González, investigador asociado del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y Director Centro del Fuego y Resiliencia de Socioecosistemas (FireSES) de la Universidad Austral, explica que “tenemos una condición niña, que probablemente siga como ha venido los últimos veranos. Eso significa que van a haber escasas precipitaciones, algo que sin duda favorece los incendios y las olas de calor”.

La ecuación de los incendios forestales está clara y se ha convertido en una constante problemática de los gobiernos de turno. Ya es un fenómeno “para el cuál hay que estar preparados”, dice el experto. Ambos académicos sostienen que las condiciones para la próxima temporada de verano son similares a las que habían en 2017, cuando se incendiaron más de 500 mil hectáreas en la zona central del país.

¿Estamos preparados para combatir los incendios? ¿Cuánta agua se necesitará? ¿Qué pasará en el futuro? En The Clinic intentamos resolver algunas de estas inquietudes con los expertos que responden a continuación.

¿Qué dicen las cifras?

La megasequía es una realidad que lleva en nuestro país más de una década. Esto, junto al incremento de olas de calor ha subido exponencialmente los promedios anuales de hectáreas quemadas. “Un atributo importante es el combustible. Tenemos una zona mediterránea -principalmente en los bosques esclerófilos- en donde con el secamiento, abunda el combustible y también extensas plantaciones industriales. La homogeneidad de extensión y la condición de ese combustible es clave para la propagación”, señala el experto de (CR)2.

El especialista entregó algunos datos al respecto:

  1. “Durante la última década han ocurrido más del 70% de los megaincendios (mayores a 10 mil hectáreas) de la historia de Chile”
  2. El promedio anual de hectáreas quemadas entre 1985 hasta 2010 era cercano a las 55 mil. Esa cifra se dobló en el período de 2010-2022, donde actualmente alcanza alrededor de 110 mil há. Esto, teniendo en cuenta que solo en los incendios forestales de 2017 se quemaron más de 500 mil.

En la misma línea, Patricio González postula que hacia el futuro debemos “defendernos de este clima hostil, en lo que yo llamo ‘sumisión climática’, más que en la ‘sobrevivencia climática’. Tenemos que adaptarnos a esta nueva realidad”. También se justifica en las estadísticas:

  1. “En el siglo XX, las olas de calor eran más o menos una vez cada cuatro años y se alcanzaban temperaturas de 34 o 35 grados Celsius. Ahora estos eventos son mucho más extremos y se alcanzan frecuentemente con 37 o 38 grados”
  2. “A los países desarrollados en el hemisferio norte las olas de calor les ha costado a ellos el 1,7% de su Producto Interno Bruto (PIB). En los países en desarrollo del hemisferio sur ese costo va a ser del 6,7% del PIB”

¿Estamos preparados?

El 7 de octubre recién pasado, el Presidente Boric presentó el Plan Nacional de Protección Contra Incendios Forestales 2022-2023. Con una inyección de 83 mil millones de pesos a la Conaf, buscan proteger a las personas y nuestro ecosistema. Una política de “adaptación, mas que de mitigación”, según dice Patricio González. “Chile ha aprendido de las tragedias”, agrega.

Para los incendios de 2017 en toda la zona central se perdieron ecosistemas enteros. Por esos días de verano en ciudades como Cauquenes, Talca y Chillán, la temperatura alcanzó 40 grados o más. “Un escenario muy similar. Yo creo que el riesgo sigue latente al mismo nivel (…) yo creo que esa situación se va a volver a repetir”, agrega Mauro González.

“La diferencia puede estar en que deberíamos estar mejor preparados”, puntualiza el académico de la U. Austral. Ambos coinciden en varios factores que serán sumamente relevantes esta temporada: tener stock de aeronaves disponibles para agua; personal capacitado en tecnologías para hacer registros satelitales e identificar bien las zonas de mayor riesgo; una buena gestión hídrica; reducción de la carga combustible a orilla de caminos; facilidades para brigadistas; y potenciar coordinaciones territoriales para atacar los incendios forestales con mayor prontitud.

“La mayor relación y asociatividad entre empresas forestales, Conaf y la Red de Protección de Incendios Forestales, puede resultar en atacar más rápido los focos de fuego. Eso es clave”, sostiene González.

¿Alcanzará el agua?

El experto de la U. de Talca dice que no sabe la respuesta a esa pregunta. “La agricultura sabe cuantas hectáreas va a regar. Pero en un incendio tu no sabes cuanto va a ser la expansión y cuanta agua vas a necesitar. Estamos en un equilibrio muy precario”, sostiene Patricio González.

Aunque dice que no es experto en temas de control y supresión de incendios, el experto del (CR)2 señala que es necesario que las brigadas de empresas forestales y Conaf tengan lugares estratégicos de donde poder extraer agua.

“Lo pueden hacer libremente o también coordinándose con agricultores de la zona que mantienen tranques para riego de sus cultivos. Se llega a un convenio para que los medios aéreos puedan posarse y abastecerse en esos lugares. Esas coordinaciones ya se están haciendo y se hacen hace un par de años”, dice Mauro González.

Para Patricio González “uno de los riesgos que tenemos es la posibilidad de que el agua sea cada vez menos para enfrentar estos incendios forestales, que cada vez son más intensos y explosivos”. Esto, a pesar que durante este invierno se registraron intensas lluvias y nevazones en la zona central: “Cuando tenemos una sequía de 15 años es muy poco lo que sirve”.

En ese sentido, postula que la tecnología será fundamental. “A través de desaladoras de agua de mar, creando pequeños embalses para recaudar el agua de invierno, tener recargas de acuíferos, y obviamente de alguna manera hacer que las cuencas geográficas hagan una gestión hídrica integral y para no perder agua que cada vez más escasa”, explica como medidas para combatir incendios forestales. | La nota original en The Clinic.