Una tesis realizada por Victoria Caballero, máster en meteorología y climatología de la U de Chile y dirigida por el investigador del Centro del Clima y la Resiliencia CR2, Roberto Rondanelli, señala que una mayor cantidad de tornados ocurre entre mediados de mayo y mediados de junio. El reciente evento en Puerto Varas coincide con este patrón y revive el debate sobre la necesidad de alertas tempranas.
Una tesis realizada por Victoria Caballero, máster en meteorología y climatología de la U de Chile y dirigida por el investigador del Centro del Clima y la Resiliencia CR2, Roberto Rondanelli, señala que una mayor cantidad de tornados ocurre entre mediados de mayo y mediados de junio. El reciente evento en Puerto Varas coincide con este patrón y revive el debate sobre la necesidad de alertas tempranas.
En Chile, los tornados y las trombas marinas son fenómenos extremos poco frecuentes. De hecho, hasta el enjambre de tornados de mayo del 2019, eran considerados inexistentes en el país, a pesar de los diversos estudios que planteaban la ocurrencia de tornados en la zona centro-sur. Actualmente, existe una recopilación de tornados y trombas marinas en Chile desde 1554 hasta la fecha, que muestra una estacionalidad aparente con un máximo de eventos entre la segunda quincena de mayo y la primera de junio, además de mostrar la gran presencia de estos eventos en la zona centro-sur de Chile, según lo expuesto en la investigación “Estacionalidad de ambientes favorables para la formación de tornados en la zona centro-sur de Chile”.
Inestabilidad atmosférica
Según explica el investigador del Centro del Clima y la Resiliencia CR2 y profesor de la Universidad de Chile, Roberto Rondanelli y quien guió este estudio, las tormentas severas son las que dan paso a tornados como el ocurrido el día de ayer en Puerto Varas. “Estas tormentas ocurren debido a la inestabilidad atmosférica, es decir, el aire que está cerca de la superficie es más liviano que el que está más arriba, por lo que se genera ascenso del aire y nubes cumulonimbos, que son las que parecen torres de algodón y alcanzan alturas cercanas a los 10 kilómetros o más. Esas nubes son tormentosas y generan granizos, rayos y tornados bajo ciertas condiciones”, señala.
Cizalladura del viento
El documento académico, del que surgió un paper publicado este año en la revista Geophysical Research Letters, especifica que el régimen en la zona centro-sur muestra condiciones favorables durante otoño-invierno, entre los meses de mayo y agosto, caracterizado por un fuerte cizalle de viento noroeste en niveles bajos y un enfriamiento en altura que aumenta la inestabilidad atmosférica, y que juntos generan las condiciones para la formación de la vorticidad vertical cerca de la superficie. Asimismo, el estudio “Climatological Aspects of Notable Tornado Events in Chile”, también confirma la idea de que los tornados se dan en una época específica durante el año. | Leer en elciudadano.com
