Cada año, en el mundo, millones de personas mueren por esta causa: «Las partículas MP2,5 son microscópicas, pero altamente peligrosas. Entran a nuestros pulmones, pasan al torrente sanguíneo y están relacionadas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias y distintos tipos de cáncer», recordó la Seremi de Medioambiente de la Región de O’Higgins, Giovanna Amaya.
Investigadores del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) de la Universidad de Chile advirtieron sobre los graves efectos de la contaminación atmosférica en la salud de las personas, lo cual resulta de especial importancia en un país donde el material particulado fino (MP2,5) continúa siendo la principal amenaza, especialmente en la zona centro-sur.
«La contaminación del aire no es un problema abstracto. Las partículas MP2,5 son microscópicas, pero altamente peligrosas. Entran a nuestros pulmones, pasan al torrente sanguíneo y están relacionadas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias y distintos tipos de cáncer», recordó recientemente la seremi del Medio Ambiente de la Región de O’Higgins, Giovanna Amaya Peña, en una columna de opinión publicada por el Ministerio del Medio Ambiente en abril de 2025.
En Chile, el sector residencial representa más del 90% de las emisiones totales anuales de material particulado fino (MP2,5), y si bien en 2024 se experimentó por tercer año consecutivo una mejora en la calidad del aire en la Región Metropolitana, los episodios críticos de contaminación por MP2,5 aumentaron en un 30%, con 5 preemergencias y 19 alertas ambientales.
Una de las consecuencias de esta situación son las cerca de 3.000 admisiones hospitalarias y aproximadamente 4.500 muertes por exposición a MP2,5 de personas de todas las edades.
