Nuevo escenario climático: La importancia de la preparación (Minería chilena)

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    Una serie de retos afrontan las mineras con miras a mitigar el impacto que precipitaciones de lluvia o nieve pueden generar en sus operaciones, emplazadas mayoritariamente en zonas de alta montaña.

    El invierno de este año será recordado como uno en el que las precipitaciones, el viento y la nieve volvieron a cobrar protagonismo, una excepción en medio del escenario de escasez hídrica que afronta el país en los últimos años.

    Es así como se registraron intensos episodios de lluvia en cortos períodos de tiempo, impactando de manera relevante en la infraestructura de las ciudades, y en el quehacer de las empresas, en especial entre las que se realizan su labor en particulares condiciones geográficas, como ocurre con las mineras emplazadas en zonas de alta montaña.

    Sobre estos fenómenos climáticos, Raúl Valenzuela, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, comenta que “múltiples estudios científicos señalan que los impactos más significativos para la economía en general son el aumento en la variabilidad de eventos extremos. En particular, para la minería hay que considerar un aumento en la probabilidad de lluvias intensas, tanto en verano como en invierno”.

    Destaca que “en Chile la mayor parte de la minería se encuentra asociada a la cordillera de los Andes. Por tanto, una mayor frecuencia de eventos extremos de precipitación líquida implica riesgos de remoción en masa e inundaciones en las faenas, mientras que precipitación sólida más intensa y extensa en el tiempo implica riesgos de bloqueo de caminos por acumulación de nieve y avalanchas”.

    A ello se suma el que “algunos estudios señalan un aumento de tormentas eléctricas. En Chile esto es especialmente relevante para la zona norte, sin embargo, el patrón de aumento de tormentas eléctricas depende mucho de otras condiciones locales. Por ejemplo, un estudio reciente en EE.UU. muestra una tendencia al alza en la actividad eléctrica en la parte central de este país, pero una disminución en la costa este”, advierte.

    Alta exigencia

    Al hablar de minería en altura, resalta el caso de Caserones, cuyas instalaciones productivas se encuentran en Tierra Amarilla, a 162 km al sureste de Copiapó, a más de 4 mil metros de altura en la zona cordillerana de la Región de Atacama. Existe una vía de acceso única a las instalaciones de la faena, por lo que se cuenta con estrictos protocolos para resguardar la seguridad de las personas, como también equipos e instalaciones y de esta forma mantener la continuidad operacional.

    Desde la minera relevaron que su equipo, durante los 10 años de la compañía, ha alcanzado hitos significativos y superado numerosos desafíos, logrando estabilizar la operación y ser reconocidos por su capacidad técnica y conocimiento de minería en altura, donde las temperaturas disminuyen hasta los 20 grados bajo cero y los vientos una velocidad de más de 100 km/h. | Leer en Minería Chilena.