Dra. Carolina Herrera: «Hasta que las personas no estén suficientemente inmunizadas, las reuniones sociales para comer juntos deberían minimizarse» (El Divisadero)

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La médico broncopulmonar realizó un llamado a la comunidad a no cuestionarse la confianza en la vacunación y entrega recomendaciones para mantener el autocuidado durante lo que queda de verano y durante los episodios críticos de contaminación en invierno.

Más de 18.500 personas han muerto por Covid-19 en nuestro país. De ese total, nuestra región registra 18 decesos debido a esta enfermedad.

Si bien es cierto que las autoridades regionales han señalado que en un porcentaje significativo se trata de personas que han fallecido “con Covid y no por Covid”, como señaló la Seremi de Salud, Alejandra Valdebenito, no deja de ser cierto que se trata de un virus que actúa en el sistema respiratorio y deja, en muchas ocasiones, consecuencias de por vida.

“Su síntoma y su eje es la neumonía. Es una enfermedad pulmonar. No es el único órgano afectado, pero básicamente las personas que se mueren de Covid es por insuficiencia respiratoria”, recalca la doctora Carolina Herrera, médico broncopulmonar, especialista en enfermedades respiratorias crónicas y expresidenta de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias.

Carolina Herrera, médico broncopulmonar,
especialista en enfermedades respiratorias crónicas
y expresidenta de la Sociedad Chilena
de Enfermedades Respiratorias

La Dra. Herrera nos contesta el llamado y hace una pausa en sus labores diarias en la UCI de un hospital capitalino, en el que han estado enfrentando la pandemia de Covid-19 durante los últimos diez meses, para conversar con El Divisadero y aclarar algunos conceptos en torno a esta enfermedad de la que nos tendremos que seguir cuidando, pese a la existencia de vacunas.

Con su vasta experiencia en la materia, nos cuenta lo grave que es el escenario que se está viviendo en nuestro país: “Una enfermedad que mata a 18.500 personas en un año en este país no se había visto nunca en 100 años”, dice y llama a la comunidad a tener confianza en el proceso de vacunación que se está realizando en todo el país.

“Yo quiero decirle a la gente que se vacune, que tenga confianza. ¿Por el riesgo potencial de un efecto secundario va a exponerse a una enfermedad que lo va a matar si le toca la enfermedad grave?”, plantea.

De aquí en más, nos comienza a explicar lo grave que es enfrentar este coronavirus cuando se ha vivido tanto tiempo en una ciudad caracterizada por la alta contaminación en períodos críticos, como el invierno coyhaiquino. También nos explica por qué esta enfermedad golpea más fuerte a quienes tienen enfermedades crónicas y qué medidas de prevención podemos tomar para seguir cuidándonos del Covid-19.

La vacuna no termina con las medidas de autocuidado

“Durante el próximo período y hasta que las personas no estén suficientemente inmunizadas, o sea vacunadas, las reuniones sociales para comer juntos deberían minimizarse”, comenta de entrada la Dra. Herrera. Y es que es necesario derribar el mito de que la vacuna nos hace invencibles frente al coronavirus.

La vacunación es solo una de las medidas
que debemos seguir tomando 
para evitar
la diseminación del Covid-19

El director nacional del ISP, Heriberto García, señalo que «hay que dejar claro que las vacunas lo que hacen es protegernos de infectarnos de manera grave, enfermarnos de manera grave y llegar a la hospitalización. Lo que estamos entregando es una herramienta terapéutica para evitar que las personas agraven».

Por eso la importancia de que seguir manteniendo medidas de autocuidado en nuestras labores habituales y en nuestro diario vivir.

La Dra. Herrera señala que en esta época de verano “no sacamos nada con ventilar la casa si después vamos a invitar a personas de tres casas distintas, en que nos vamos a sentar por dos o tres horas, a compartir, a conversar, a cantar y se van a ir. Tú piensas que vas a poder ventilar eso, cuando el virus ya está ennegrecido tu faringe”.

“En este tiempo la recomendación es evitar juntarse a espacios de alto riesgo, como es quitarse la mascarilla y comer en compañía de personas de otras casas”, repite.

Y es que es archiconocido que en nuestra región nos ha costado mantener la distancia social y cortar momentáneamente con las costumbres arraigadas de compartir en torno a un mate, a un asado, cantar y bailar, recibir a los familiares y amigos y compartir, como tanto nos gusta.

Por qué evitar estas costumbres

“Entender que la distribución de las personas tiene que ser lo más separada posible, sobre todo aquellos que llegan a tu casa y son de sistemas virales distintos, en la casa del vecino o un familiar que viene a nuestra casa”, es fundamental, explica la médico broncopulmonar.

 

Compartir el mate: una de nuestras arraigadas costumbres
que debemos seguir evitando

Esto no es así. La especialista puntualiza que “todos los habitantes bajo un mismo techo comparten un sistema viral común, por lo tanto, entre ellos pueden andar sin mascarilla, pueden comer sentados en una mesa. Pero si tú vienes y te juntas con otra familia, tienes que entender que todos tienen que usar mascarilla durante todo el tiempo que dure esa reunión. Por eso es que no es recomendable juntarse a comer, porque ese es un momento que te obliga a sacarte la mascarilla”.Añade que esto “es muy importante, porque yo soy González y mi familia que también es González y vive en la otra cuadra va a venir. Uno tiende a pensar que por el solo hecho de ser familiares vamos a compartir virus comunes o vamos a estar todos defendidos”.

Incluso, en estos días en que la temperatura tiende a subir, algunos optan por hacer uso de ventiladores u otros sistemas similares para capear el calor. Pero también recomienda tener cuidado en este aspecto. No es recomendable el uso de ventiladores comunes, “porque lo que hace es diseminar el virus por todo el ambiente. Ventilar significa tener las ventanas abiertas, pero si estás en un ambiente cerrado y pones un ventilador con personas que llegan de otras partes, es lo único que hace es propagar el virus”, señala.

Contaminación y Covid es una mala señal

Sin embargo, en algunos meses más nuestra región comenzará a enfrentar el término del verano y con ello se encenderán muchísimas estufas y cocinas a leña, lo que trae aparejado el problema de siempre: la contaminación atmosférica entre marzo y septiembre.

Coyhaique, la ciudad más contaminada, según el 
Informe a las naciones El Aire que respiramos:
pasado, presente y futuro

La Dra. Carolina Herrera detalla que la contaminación tiene un efecto en la inmunidad de las personas, es decir, en su capacidad para enfrentarse al Covid-19.

“Los habitantes de cualquier ciudad chilena están expuestos a niveles que no solo son altos, sino que son críticamente altos de contaminantes atmosféricos”, dice y lo sabemos no solo en Coyhaique, sino también en Cochrane y Puerto Aysén, donde también se respira el material particulado 10 o el 2,5 que ingresan a los pulmones.

Según el Informe a las naciones El aire que respiramos: pasado, presente y futuro*, elaborado por profesionales multidisciplinarios de las universidades de Chile, de Concepción y Austral de Chile señala que las cinco ciudades con peor calidad del aire son Coyhaique, Puerto Montt, Osorno, Temucho y Chillán.

«Dentro de la red de monitoreo de calidad del aire nacional, Coyhaique presenta los valores más elevados de concentración media y niveles extremos de MP2,5, al igual que el mayor número de episodios de Preemergencia ambiental por este contaminante», señala el estudio publicado el año pasado.

Este material contaminante no solo está en el exterior, sino que inevitablemente entra a nuestros hogares.

La contaminación afecta directamente el sistema inmune

“Los agentes biológicos como los virus, por ejemplo, y todos los otros compuestos, lo que producen es una inflamación sostenida y persistente del sistema inmunológico de las personas, que lo desgastan. No lo entrenan, lo desgastan. Eso colabora a aumentar la tasa de morbilidad y mortalidad, aumenta el numero de ingresos hospitalarios con síntomas respiratorios, pero también cardiovasculares”, explica la médico broncopulmonar.

“Si tienes una guagua que está en una cuna, pero esa guagua tiene fiebre porque está con coronavirus y está en una ciudad que está altamente contaminada porque está llena de humo de leña húmeda, esta guagua va a tener un peor desempeño para librarse del coronavirus que una que no a tiene”, ejemplifica la Dra. Herrera.

Sin embargo, acá es donde entra en juego la condición de salud de un alto porcentaje de la población de Aysén que presenta patologías crónicas de base y están en un mayor riesgo.  “Si tienes un paciente con un cáncer, un paciente diabético o uno con hipertensión que van a estar expuesto tanto al coronaviruus como a la contaminación, ¿a quien le va a ir más mal?  Al que tiene una enfermedad cardiovascular previa, porque ese material particulado produce como efecto la disminución de la variabilidad cardíaca ante el estrés, lo pone en desventaja. El monóxido de carbono en ese mismo paciente va a interferir en el transporte de oxígeno por la inmunoglobulina (o anticuerpos para luchar contra el virus)”,  explica la profesional.

Episodios críticos

“También importa muchísimo cuánto estás expuesto a esta contaminación y cuán intensa es esta contaminación”, detalla y comenta casos como el de Puchuncaví (Región de Valparaíso), donde la población afectada está expuesta diariamente a episodios de altas concentraciones de contaminantes durante años, lo que es muy difícil de sacar del organismo.

En el caso de Coyhaique, la idea es evitar la exposición a los contaminantes durante las horas de alta concentración de material particulado, principalmente en las noches (entre las 19.00 y 23.00 horas) y en las mañanas (entre las 5.00 y 10.00 horas).

La Dra. Carolina Herrera explica que además hay que considerar “un factor que es de la persona, que se llama ventilación por minuto. La ventilación por minuto significa cuántas veces respira esa persona y cuánto es el volumen corriente con el que uno moviliza el aire hacia dentro y hacia fuera de los pulmones. Si una persona corre va a tener una frecuencia respiratoria mayor y un volumen corriente mayor a una persona que camina o a una persona que está acostada”. De ahí la importancia de evitar realizar actividad física en esos horarios peak de contaminación.

En un próximo reportaje abordaremos cómo los factores socioeconómicos inciden en el comportamiento de la contaminación y, por ende, en la salud de las personas de ingresos más bajos. También entregaremos recomendaciones para prepararse para el invierno y seguir combatiendo el Covid-19.

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* Huneeus, N., Urquiza A., Gayó, E., Osses, M., Arriagada, R., Valdés, M., Álamos, N., Amigo, C., Arrieta, D., Basoa, K., Billi, M., Blanco, G., Boisier, J.P., Calvo, R., Casielles, I., Castro, M., Chahuán, J., Christie, D., Cordero, L., Correa, V., Cortés, J., Fleming, Z., Gajardo, N., Gallardo, L., Gómez, L., Insunza, X., Iriarte, P., Labraña, J., Lambert, F., Muñoz, A., Opazo, M., O’Ryan, R., Osses, A., Plass, M., Rivas, M., Salinas, S., Santander, S., Seguel, R., Smith, P., Tolvett, S (2020). El aire que respiramos: pasado, presente y futuro – Contaminación atmosférica por MP2,5 en el centro y sur de Chile. Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, (ANID/FONDAP/15110009), 102 pp. Disponible en www.cr2.cl/contaminacion/

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