Laura Farías: El mar parece poderoso, pero está enfermo (La Voz)

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La cordobesa es la responsable de la mesa de Océanos del comité científico de la COP25.

Por Lucas Viano

Con 6.435 kilómetros de costa, Chile es un país que mira siempre al mar. Como organizador de la COP25, la cumbre sobre cambio climático de la ONU, decidió hacer foco en los océanos.

Pero hay una curiosidad. La científica a cargo del sumar evidencia sobre los océanos nació en una ciudad sin mar: Córdoba, Argentina. Laura Farías estudió Biología en la Universidad Nacional de Córdoba hasta el tercer año. Luego, completó su carrera de oceanógrafa en la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca.

A meses de graduarse, consiguió una beca para hacer un posgrado en la Universidad de Concepción de Chile con la que hace 30 años que está vinculada. Asegura que el cambio de sede de la cumbre por Madrid, debido a la crisis social que vive el país transandino, le restará visibilidad al problema entre la sociedad chilena.

–¿Qué rol está ocupando en la COP25?

–El Gobierno de Chile creó un comité científico para coordinar y articular los aportes de la comunidad científica a este encuentro global. El apoyo del comité consiste en hacer un “llamado a la evidencia”. Soy coordinadora de la mesa Océanos de ese comité. Los objetivos son revisar la ley marco de cambio climático y el plan de adaptación de Chile y crear un plan de adaptación para los bordes costeros. Pero también actualizar las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional prevista para el 2020 estipulados por el Acuerdo de París.

–Por la crisis que vive Chile, se decidió trasladar la sede de la COP25 de Santiago a Madrid, España. ¿En que puede perjudicar este cambio?

–La sociedad y el ciudadano común se perdieron la gran cumbre donde podrían opinar en foros, eventos paralelos y actividades de divulgación pensado para ellos. Ahora, ante la crisis social de Chile, sale a la luz que el cambio climático exacerba las vulnerabilidades especialmente en los ciudadanos más desprotegidos y multiplica las amenazas. Sin duda, los jóvenes tienen mucho de decir y así lo han hecho en Chile. En las marchas, se ven un buen número de consignas socioambientales, como el agua y la explotación de los recursos. Los jóvenes pueden ser los únicos con la capacidad de realizar la transformación, porque se consideran que están fuera del sistema.

–¿Cuál es el rol que ocupan los océanos dentro de problema del cambio climático?

–Cubren el 72 por ciento de la superficie terrestre y son esenciales para humanidad pues desempeñan un papel fundamental en el equilibrio del clima global, además de su importancia social, ambiental y económica para todos los países; incluso, aquellos alejados del mar. El océano ha permitido que la Tierra sea un planeta habitable, y los beneficios que nos brindan en nuestro día a día son innumerables, ya que regulan el clima y absorben el calor y capturan el dióxido de carbono. Además, producen el oxígeno que respiramos, albergan la mayor biodiversidad y representan corredores de migración para muchas especies. No obstante, los efectos del cambio climático se están sintiendo en nuestro océano y lo estamos enfermando hasta tal punto que podría dejar de realizar estas funciones que nos protegen. El océano parece demasiado poderoso, pero está enfermo y, por esa idea falsa, lo estamos desprotegiendo.

–¿Qué medidas debieran tomar los países para protegerlos?

–Hay que priorizar, proteger y conservar ecosistemas que tienen una importante función ecosistémica como reservorio de carbono. Eso se llama “carbono azul” porque viene del océano. Son las marismas, los manglares, los bosques de algas y los pastos marinos. Ellos, además, nos protegen de marejadas y son centros de gran biodiversidad. Necesitamos leyes ambientales más rigurosas.

–Qué podemos hacer los cordobeses para proteger el mar, si vivimos tan lejos de él?

–Elegir mejor los pescados que consumen para que vengan de pesquerías sustentables; disminuir la huella de carbono en la cadena de comercialización y transporte; no llevar elementos a la playa que contaminen; no utilizar vasos, cubiertos y pajitas de plástico desechables; ayudar y organizar la limpieza de las playas; respetar los cauces normales de los ríos, sobre todo aquellos que llegan al mar que forman estuarios y que son sitios de gran diversidad y recursos naturales y apoyar a una organización que salva la vida marina.

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