Reportaje CR2 | Contaminación atmosférica en Chile: Más que un problema de calidad del aire

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  • Gran parte de la población del país está expuesta a altos niveles de contaminantes, especialmente partículas, situación que puede agravarse según las proyecciones de cambio climático

Por José Barraza, encargado de divulgación científica CR2

En nuestro país, el invierno es sinónimo de alertas ambientales, contagios y hospitalizaciones por cuadros respiratorios agudos. Cifras del Ministerio de Salud detallan que para el 24 de julio de 2023, el 92,6 % de las camas críticas de adultos de la Red Asistencial del sector público se encontraban ocupadas, mientras que en el sector privado registraba un 80,9 % de ocupación. De este porcentaje, los pacientes asociados a causas respiratorias eran un 14,3 y un 14,1 %, respectivamente.

En relación con la calidad del aire, el Reporte Mensual de evolución de episodios críticos para material particulado 2,5 (MP2,5, una partícula de menos de 2,5 micrómetros y completamente respirable) de julio 2023, muestra que hubo una disminución de los episodios de Emergencia en ciertas comunas del país, pero pese a esta baja, los días de Alerta se han mantenido en niveles similares entre este año y el 2022.

El gráfico compara los episodios de Alerta, Preemergencia y Emergencia por MP2,5 entre 2022 y 2023 en comunas del centro y sur del país. Fuente: Ministerio del Medio Ambiente.

En este contexto, es necesario abordar el problema de la contaminación atmosférica y su incidencia en la prevalencia o agravamiento de las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, y su asociación con enfermedades crónicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, en el año 2019, el 99 % de la población global estuvo sometida a elevados índices de contaminación del aire y que esto provocó la muerte prematura de 4.2 millones de personas a nivel mundial. Esta cifra asciende a 6.7 millones si se cuenta la contaminación del aire dentro de los hogares. Por su parte, la Comisión Lancet sobre Contaminación y Salud señaló que en el año 2000 se contabilizaron 2.9 millones de personas fallecidas, por lo que las muertes por esta causa se han duplicado desde inicios de siglo.

A nivel nacional, cerca del 90 % de la población habita en zonas urbanas altamente contaminadas y según el informe “El aire que respiramos: pasado, presente y futuro”, más del 50 % de los habitantes estamos expuestos diariamente a concentraciones de MP2,5 mucho más altas de lo permitido por la norma nacional, que ya es más permisiva de lo que sugiere la OMS.

Sobre esta exposición, la académica de la Universidad Mayor e investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2, Estela Blanco, señala que existe evidencia sólida de su impacto en la salud, afectando incluso a los fetos en gestación, pues la contaminación puede provocar partos prematuros o un bajo peso al nacer. “Hay consenso científico de estos impactos (…) y el peso al nacer es un marcador de salud importante porque está asociado a enfermedades y trayectorias de salud distintas. Si podemos mantener un peso correcto al nacer y que los niños nazcan a tiempo, podríamos prevenir muchas otras enfermedades”, explicó la académica.

El complejo problema de la leña

En las ciudades de la zona centro y sur del país las emisiones invernales de material particulado provienen principalmente de la quema de leña, lo que genera una compleja problemática, pues esto se realiza para protegerse del frío, pero, al mismo tiempo, genera emisiones de contaminantes atmosféricos, muchos de ellos cancerígenos, dentro y fuera de los hogares con el consiguiente impacto en la salud.

Laura Gallardo, doctora en Meteorología Química y académica de la Universidad de Chile, explica que dentro del material particulado fino emitido por la quema de leña también se encuentra carbono negro, el que puede impactar tanto a la salud humana como a los ecosistemas. En el caso de la zona centro-sur, el carbono negro tiene la capacidad de ser transportado y depositarse en los sectores cordilleranos, donde puede ocasionar la aceleración de los procesos de derretimiento de la nieve y el hielo.

Como una manera de disminuir las emisiones se han llevado a cabo políticas públicas como la entrega de calefactores más eficientes. Sin embargo, la especialista indica que en estas regiones del país se da un fenómeno conocido como pobreza energética -que se puede definir como el impedimento o dificultad para acceder a energía de buena calidad que permita satisfacer las necesidades humanas básicas-, por lo que el problema de fondo es, justamente, el acceso a esta energía de calidad. “Se ha atacado un pedacito del problema, mejorar la combustión al interior de las casas, y se han quedado cortos, se sigue consumiendo leña en casas mal aisladas. Abordar el problema pasa por un proceso de mejora sustantiva de las viviendas y de acceso a energía de mejor calidad”, recomienda la también investigadora del CR2.

La Red de Pobreza Energética (RedPe) señala que, a nivel nacional, un 23 % de los hogares declara pasar frío dentro de sus viviendas en el periodo invernal y que un 29,6 % usa leña para calefacción. Una mirada a nivel regional muestra que este último porcentaje aumenta a medida que se avanza desde Santiago hacia el sur. En la región de O’Higgins un 45 % de los hogares usa leña para calefacción, un 61 % en el Maule, un 76 % en el Ñuble, 64 % en la región del Biobío, un 85 % en La Araucanía, y un 88 % en Los Ríos, Los Lagos y Aysén. La RedPe señala que el uso de leña está asociado a enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

“La leña es hasta nueve veces más barata que otras fuentes de energía”, explica Estela Blanco y añade que en zonas de bajos ingresos, como La Araucanía, “no es tan simple como quitarle la leña a alguien, porque ¿con qué la vas a reemplazar si el nivel socioeconómico de la región es bajo en promedio?”. Sin embargo, se muestra confiada en las políticas públicas, pero recomienda que estas deben tener una implementación global y con una inversión mucho mayor.

Sobre el alcance de las políticas, Anahí Urquiza, investigadora del CR2 y académica de la Universidad de Chile, señala que las iniciativas están acotadas solo a ciudades que cuentan con planes de descontaminación o que han sido declaradas como saturadas. Y en estas, además, las políticas no tienen la envergadura que deberían, tanto a nivel de recambio de estufas como de mejoramiento de viviendas capaces de mantener mejor las temperaturas.

“No puedes limpiar las ciudades si solo un porcentaje pequeño avanza en este recambio tecnológico”, señaló, y agregó que en el país no existe una política de reacondicionamiento y de mejoramiento de vivienda a gran escala que permita el uso de fuentes de calor menos contaminantes. “Se requiere invertir muchos recursos en subir el estándar de las viviendas y eso implica desarrollar capital humano e impulsar mercados locales, lo que puede ser una oportunidad de reactivación económica muy interesante, porque se puede generar actividad asociada a esta transformación”, comentó.

Más allá del MP2,5: Compuestos orgánicos volátiles

Otros contaminantes que pueden afectar a la salud humana, más allá del material particulado, son los llamados compuestos orgánicos volátiles (COV). El académico de la Universidad de Chile e investigador del CR2, Rodrigo Seguel, realizó una investigación en la zona de Quintero-Puchuncaví, donde la atmósfera y la salud de la población se han visto comprometidas por las emisiones de COV producidas por el polo industrial.

En su estudio, señala que estos compuestos pueden provocar pérdida de conocimiento, irritación del aparato respiratorio y causar daños en pulmones e hígado. “Hay algunos que son tóxicos, otros son precursores de material particulado, otros son precursores de ozono y algunos son las tres cosas”, explica el investigador del CR2.

Señala, además, que existen factores meteorológicos que exacerban los episodios de mala calidad del aire por COV en la zona de Quintero, pero aclara que tales factores no son los gatilladores de estos episodios. “El primer elemento que uno tiene que identificar es que en esa zona hay emisiones importantes (…) hay muchas fuentes y muy relevantes que están emitiendo toneladas de contaminantes”, e indica que “si no hubiera emisiones contaminantes no habría problema, independiente de la configuración meteorológica que exista en Quintero”.

Dentro de los COV se encuentra el benceno, un elemento cancerígeno que, actualmente, se encuentra regulado en la norma de compuestos orgánicos volátiles del Ministerio del Medio Ambiente. Seguel indica que, al día de hoy, los registros de benceno son escasos, por lo que esta norma es un avance que permitirá tener mediciones sistemáticas en el tiempo y conocer su comportamiento en invierno, cuando la quema de leña también genera este compuesto, lo que podría sumar otra problemática al ya complejo panorama de la calefacción hogareña. Además, permitirá dimensionar el impacto de las emisiones producidas por las empresas y tomar las medidas respectivas.

La incidencia del cambio climático

Nicolás Huneeus, académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile e investigador del CR2, se refirió a las implicancias que el cambio climático podría tener en la contaminación atmosférica, abordando algunas variables de potencial importancia: las lluvias, el viento y la profundidad de la capa límite, que es la primera capa de la atmósfera (desde la superficie hasta alturas que pueden variar entre 100 y 1200 metros, según la estación del año y hora del día).

La profundidad de esta capa límite determina el volumen en el que se diluyen los contaminantes, por lo que contribuye a determinar el nivel de exposición de la población; si el tope de la capa límite se encuentra bajo, es decir, más cerca del suelo, se necesitarían menos emisiones contaminantes para alcanzar niveles críticos para la salud humana. Según las proyecciones de cambio climático, Huneeus señaló que “en la zona de Temuco y alrededores es probable que los episodios con capa límite baja aumenten en el futuro; y en Santiago y la zona centro disminuyan. Lo que es un buen signo para Santiago, pero malo para el sur”.

En tanto, las precipitaciones juegan un rol central en el sur, pues limpian el aire y ayudan a finalizar los episodios de alta contaminación. En este sentido, si el cambio climático llega a disminuir la ocurrencia de lluvias, se podría extender la duración de estos episodios.

El caso es distinto en la Región Metropolitana, aclara Huneeus. Como las precipitaciones son mucho menores, no son determinantes para el fin de los eventos de contaminación y es el viento el que juega un papel relevante. Cuando el viento proviene desde el este, la contaminación se mantiene en Santiago, generando episodios de contaminación; en cambio, el viento del oeste limpia el aire de la capital, pero aquí se da otro problema, pues el material particulado, entre ellos el carbono negro, es transportado hacia la cordillera, pudiendo eventualmente afectar el proceso de derretimiento en los glaciares del Cajón del Maipo y Farellones, explica el especialista.

Las proyecciones climáticas muestran que “estamos ante un escenario propicio para el aumento de los episodios de contaminación”, advierte, pues también habría un aumento de las olas de calor, y estas altas temperaturas aceleran las reacciones químicas en la atmósfera que forman ozono -a partir de COV y óxidos de nitrógeno-, un gas de efecto invernadero que tiene impactos negativos en la salud de grupos sensibles de la población.

Como indicó Seguel, de no ser por las emisiones humanas, la meteorología o el clima no representarían un mayor problema, pero los contaminantes están y son diversas las fuentes. Ante esto, Urquiza señala que es necesaria una transformación profunda que implique el reacondicionamiento de las viviendas para el uso de calefacción menos contaminante, como la calefacción distrital. Al mismo tiempo, se deben desarrollar inventarios de emisiones para detectar las fuentes contaminantes y normativas que aseguren un aire limpio para toda la sociedad, caracterizar los contaminantes normados y sus precursores, y la composición del material particulado, recomienda Huneeus. 

Referencias

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Ministerio de Salud (25 de julio de 2023). Informe virus respiratorios. Campaña invierno 2023. https://www.minsal.cl/wp-content/uploads/2023/07/v2_Informe-25-de-julio-Campan%CC%83a-Invierno-nin%CC%83os-y-adultos.-PDF.pdf

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Sanhueza, P. A., Torreblanca, M. A., Diaz-Robles, L. A., Schiappacasse, L. N., Silva, M. P., & Astete, T. D. (2009). Particulate air pollution and health effects for cardiovascular and respiratory causes in Temuco, Chile: a wood-smoke-polluted urban area. Journal of the Air & Waste Management Association, 59(12), 1481-1488. https://doi.org/10.3155/1047-3289.59.12.1481

Seguel, R. J., Garreaud, R., Muñoz, R., Bozkurt, D., Gallardo, L., Opazo, C., … & Menares, C. (2023). Volatile organic compounds measured by proton transfer reaction mass spectrometry over the complex terrain of Quintero Bay, Central Chile. Environmental Pollution, 330, 121759. https://doi.org/10.1016/j.envpol.2023.121759