Advierten que los procesos de desalinización pueden impactar negativamente a los ecosistemas marinos (País Circular)
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A medida que proliferan las plantas destinadas a producir agua dulce a partir de agua de mar, comienzan a surgir nuevas interrogantes sobre el impacto de este proceso, en particular en relación con la sal devuelta al mar, la succión del agua y los químicos que son incorporados en los procedimientos.
Los científicos chilenos Laura Farías y Rodrigo Orrego, que han estudiado el tema, señalan que es necesario avanzar en investigación local, debido a las diferencias socioambientales con zonas donde hay más análisis, como Medio Oriente. El vicepresidente ejecutivo de la Asociación Chilena de Desalinización, Rafael Palacios, enfatiza las mejoras tecnológicas introducidas en la industria para mitigar los impactos ambientales.
Por: Claudia Maldonado Caballero
En el contexto de la grave crisis hídrica que vive el país, la posibilidad de utilizar a gran escala agua de mar desalada es vista en algunos sectores como una solución indefectible. Sin embargo, a nivel mundial se han estado levantando alertas en relación a los impactos que los procesos de desalinización provocan en el océano y otros ecosistemas, y cada vez son más los llamados a evaluar con mayor rigurosidad la instalación de plantas desalinizadoras.
En el caso de Chile, coinciden diversos especialistas, se necesita mayor investigación a nivel local, pues donde más se han hecho análisis es en la zona de Medio Oriente, donde las condiciones son muy diferentes; y, además, sostienen que es indispensable una normativa específica, que regule la actividad de la industria desalinizadora en forma específica, más allá del requisito actual de someterse al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
A modo de ejemplo de la preocupación mundial, en mayo pasado la Comisión Costera de California (Estados Unidos) rechazó por unanimidad la solicitud para la instalación en Huntington Beach de una mega desalinizadora, que se venía planificando hace 20 años. La Comisión -que tiene la misión de proteger y mejorar la costa- consignó en su informe, entre otros argumentos, que el “proyecto plantea problemáticas significativas y complejas sobre las políticas de protección costera, incluyendo la conformidad con políticas que requieren la protección de la vida marina, la calidad del agua, la sensibilidad ambiental de las zonas de hábitat”.
Previamente, en 2019, un estudio avalado por Naciones Unidas -el primero a nivel global sobre esta materia- alertó sobre los riesgos ambientales relacionados con las plantas de desalinización, en especial a causa de los elevados niveles de concentrado hipersalino (salmuera) que resultan del proceso y que, en su mayoría, son devueltos al mar. Para dicho informe, (The state of desalination and brine production: A global outlook) se analizaron 15.906 plantas de desalinización de todo el mundo (1.373 de ellas en América Latina y el Caribe), concluyendo que producían 1,5 litros de salmuera por cada litro de agua dulce desalinizada. Se estableció, asimismo, que la cantidad total de salmuera producida al año superaba los 50 mil millones de metros cúbicos, es decir, suficiente para cubrir con una capa de 30 centímetros una superficie equivalente a las regiones de Tarapacá y Antofagasta juntas, o al estado de Florida (EE.UU.)
Uno de los coautores del estudio, el director adjunto del Instituto del Agua, Medioambiente y Salud de la Universidad de la ONU (ONU-INWEH) Dr. Manzoor Qadir, comentó en esa oportunidad que “la tecnología de desalinización ha beneficiado a muchas personas, pero no podemos ignorar la producción de salmuera, que se convertirá en un grave problema en el futuro”.
Al respecto, la Doctora en Oceanografía Laura Farías, académica de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográfica de la Universidad de Concepción (UdeC), señala que “el mayor problema de la desalinización en la calidad del agua de mar es el aumento de la salinidad en el sitio de descarga, radio de influencia de la pluma, pero también en el campo lejano, o fuera de la zona de dispersión de la salmuera”. Explica que esto se debe a que “las sales en disolución saturada o precipitada comienzan lentamente a disolverse en sus iones constituyentes. Los iones resultantes son Cl- Na+, Mg+, K+, Ca2+ SO4=, HCO3-, CO3- (sistema carbonatos) así como los metales traza (todos presentes naturalmente en el agua de mar), que concentrados en proceso de salinización podrían tener rangos de concentración tóxicos para los macroorganismos y otros organismos”.
Si bien la concentración de sales y metales trazas dependerá de la eficiencia del proceso de desalinización y el volumen de agua desalinizada (o salmuera descargada), en términos globales, explica la especialista, “la lógica es simple: si la concentración media de sales en el agua del mar es de 30/35 gramos por litro y a uno le quitas toda la sal, te queda otro con 60/70 gramos de sales (Jones et al., 2019)”.
“La liberación constante de efluentes de salmuera puede provocar estrés osmótico (causado por el exceso de sales en el medio externo de un ser vivo, que puede afectar su metabolismo y crecimiento) debido a salinidades elevadas en comparación con las del entorno receptor. Cabe señalar que la salinidad es una una de las variables más estables y conservativas del océano y pequeños cambios en salinidad, por ejemplo 34 a 35 gramos por litro, es una modificación significativa para la mayoría de las especies marinas. El estrés osmótico y tolerancias han sido estudiados y demostrado para organismos, poblaciones (supervivencia, reproducción, movilidad), comunidades y ecosistemas (funciones como fotosíntesis, estructura de comunidades, tramas tróficas) y finalmente la biodiversidad”, sostiene la Dra. Farías, quien es además investigadora del (CR)2.
En relación a los organismos más afectados, la oceanógrafa explica que “la literatura científica reporta organismos del bentos, es decir, arguellos fijos a un sustrato, dado que la salmuera, al ser una solución más densa, se posa sobre el fondo, en particular fondos rocosos irregulares, donde la salmuera puede quedar estancada”.
Además, “se ha indicado que estos impactos pueden ser más significativos en cuencas cerradas, reservas naturales, costas rocosas y/o alrededor de otros entornos marinos sensibles donde la circulación del agua es limitada”, comenta.