Chile y el cambio climático (La Tercera)

    1831

    Columna del senador Ricardo Lagos Weber (bancada climática) en La Tercera

    “Lo que antes era impensable, ahora es imparable”. Con estas palabras el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, graficó el éxito del acuerdo histórico alcanzado en la cumbre climática celebrada en la capital francesasa.

    El camino que la humanidad tuvo que transitar para llegar a este momento fue extenso y difícil.

    Hace menos de 20 años habían naciones que se negaban a asumir que el cambio climático era producido por el hombre y por lo tanto, era impensado poder llegar a un acuerdo vinculante para reducir las emisiones de gases de efectos invernadero.

    Fue fundamental el rol jugado por los científicos y académicos en la concientización mundial del problema y sus catastróficas consecuencias si no actuábamos. Esto movilizó a la ciudadanía a nivel planetario que exigió a sus gobernantes tomar acción y poder garantizar un futuro climático seguro para nuestros hijos.

    El acuerdo alcanzado tras la COP 21, no solo garantiza no superar los 2 grados de aumento de temperatura a través del compromiso de las naciones y en especial de los grandes emisores de reducir el uso de combustibles fósiles, sino que también hace mención a la necesidad de adoptar una meta aun más exigente, la de no superar los 1,5 grados. Así protegeremos los glaciares a nivel mundial y los glaciares andinos en particular, garantizando la existencia de las Islas Marshall y muchas otras.

    Este tratado recoge el esfuerzo del Gobierno por proteger nuestros océanos, como asimismo el de variadas ONGs dedicadas a la defensa, protección y conservación del medio ambiente. Se les reconoce a estos un rol en la sustentabilidad ambiental y en la seguridad alimentaria del planeta, siendo parte vital la existencia de océanos saludables para la implementación de este acuerdo.

    El acuerdo de París, de la COP21, fue posible porque se entendió que tenemos una responsabilidad colectiva en esta materia. Es por ello que se hace mención a que vivir en un clima seguro es parte de los derechos humanos del siglo XXI y que respetar el valor de la equidad intergeneracional es garantizar que el desarrollo que tengamos hoy, no impactará el desarrollo de futuras generaciones.

    Chile tiene ahora una nueva oportunidad para seguir liderando las posturas de cambio climático a nivel mundial, siendo el primer país en ratificar en el Congreso este acuerdo.

    Desde ya, me pongo a disposición para colaborar entusiastamente en esa meta y en avanzar en materia legislativa.

    El tratado que se forjó permitirá que las futuras generaciones determinen su propio destino. Si bien este acuerdo es solo el principio, si no lo lográbamos podía ser una señal difícil de comprender para la sociedad que espera de sus líderes mundiales una reacción decidida frente a los efectos del cambio climático que muchos ya perciben en su vida diaria.