Cada vez son más frecuentes los estragos socionaturales que está dejando el cambio climático. Desde la academia científica ya desde el año 2000 se viene hablando e investigando sobre cómo el accionar humano ha transformado el clima, la naturaleza y, en definitiva, el planeta, sintetizado en un gran concepto llamado «Antropoceno» o «Edad de los Humanos». Un término que, para muchos(as) expertos(as) se comienza a desencadenar tras la revolución industrial pero que en el siglo XX encuentra su apogeo, y que continúa, incluso con más fuerza, en la actualidad. ¿Cuál es su real significado y trasfondo no solo ambiental sino que social? Es lo que intentamos dilucidar con académicos del Depto. de Antropología en esta nota, la primera de una serie de publicaciones alusivas al Medio Ambiente y Cambio Climático.
Por Carolina Escobar
Los impactos del Cambio Climático en el planeta están a la vista y cada vez son más habituales y agudos. Desde el ámbito científico, hace ya tiempo se viene instalando un nuevo concepto que vincula el vivir y acción humana con estas transformaciones al ecosistema, llamado “Antropoceno” o “Edad de los Humanos” que da por terminada la anterior era del Holoceno.
El término fue utilizado por primera vez en el año 2000, por el científico holandés y premio Nobel de química Paul Crutzen, explicando que el nombre de la época geológica actual debería reflejar el impacto del hombre sobre la Tierra. Desde 2008, el término ha ido tomando más fuerza con la publicación de artículos que apoyan la tesis.
Existe cierto consenso académico y científico en señalar que el origen del Antropoceno deviene, probablemente, de la invención de la máquina a vapor y la consecuente revolución industrial del siglo XVIII, una industrialización que no ha cesado y se ha ido intensificando hasta la actualidad. Andrés Troncoso, arqueólogo y académico del Depto. de Antropología, piensa que a partir de ese momento en adelante, asociado también a una lógica del consumo como -por ejemplo- el uso de celulares o consumo de alimentos, por mencionar algunas acciones cotidianas, han hecho “sobreproducir” al planeta.
Sin embargo, la antropóloga social y también académica del Depto. de Antropología, Anahí Urquiza, explica que el ser humano, incluso desde que controla el fuego ha impactado en los ecosistemas que habita pero esto se ha acrecentado significativamente con innovaciones como la agricultura, la quema de combustible fósil y los ensayos nucleares.
“La comunidad científica ha estado debatiendo a partir de cuándo es posible hablar de un impacto irreversible de los humanos en el sistema Tierra y, al parecer, el mayor consenso está en definirlo a partir de mediados del siglo XX. Esto considerando tanto el aumento de la temperatura por la acumulación de gases de efecto invernadero, como la contaminación de los ecosistemas y los efectos de la radioactividad”, detalla.
Efecto en cadena
Un tema y elemento importante dentro de la discusión sobre el desarrollo del “Antropoceno” es, bajo la mirada de Andrés Troncoso, el desajuste de ciertos equilibrios en el planeta, es decir el impacto que generan “nuestras acciones al equilibrio ecológico al plantea. Las condiciones ambientales son consecuencia de la acción humana, destruyendo a muchas especies”.
Aclara que no se trata de un invento o varios inventos y sus efectos, sino más bien al exceso de fabricación y circulación de, por ejemplo, automóviles, sumado al movimiento constante de personas en ellos, poniendo en riesgo la vida del planeta.
El problema estructural del Antropoceno radica, a su juicio, en el diario vivir y las acciones cotidianas, donde “todos somos responsables y generamos daños ecológicos. Obviamente, las industrias y empresas mineras impactan de mayor manera, así como las grandes corporaciones, pero todos(as) también consumimos productos que ellas producen; el Antropoceno es consecuencia de una forma de vivir de la sociedad moderna. ¿Cómo generar entonces una nueva manera de vivir? El principio básico que guía esto es el saber moderno radicado en el progreso que descansa en la naturaleza”, y eso habría que cambiar, puntualiza Troncoso.
El Cambio Climático de causas antrópicas es producto de la contaminación por gases de efecto invernadero, una contaminación que es consecuencia de los tipos de energía que “empleamos, cuánto consumimos, qué consumimos y cuáles son nuestros patrones alimenticios, entre otros”, describe Anahí Urquiza. Pero, agrega que desde su punto de vista, lo que está detrás de esos consumos trasciende la responsabilidad de las personas.
“Tenemos complejas estructuras sociales operando a nivel global y local, que sostienen modos de vida y los cuales han estado afectando significativamente nuestros ecosistemas. Más que responsabilidad de las personas, yo diría que es consecuencia de las operaciones sociales de tipo económicas, políticas y científicas”, comenta Urquiza.
En algunos casos inclusive, complementa, se puede decir que es por ausencia de operaciones políticas en, por ejemplo, gobernanza global. “Ahora, sin duda las interacciones entre personas van configurando esas estructuras, pese a ello, no es tan simple como indicar responsabilidades personales”, afirma. Por otra parte, señala que si es posible identificar países y personas que tienen una mayor responsabilidad, debido a sus niveles de consumo, como los países más desarrollados o industrializados a nivel mundial.
Principales efectos dentro de la cadena
Una de las grandes preocupaciones y consecuencias sociales que está dejando hoy en día el cambio climático, es la agudización de la pobreza. Otro gran fenómeno social que ha traído consigo es la migración, “pues hay zonas que ya no se están habitando, por eso la gente se empieza a mover, desencadenando consecuencias sociopolíticas; esto va asociado a problemas de racismo, xenofobia y nacionalismo, entre otros. Coloca también sobre la mesa el problema de la justicia social, ya que si eres pobre no puedes, por ejemplo, comprar agua. También se genera mucha inequidad. Esto empobrece y reduce las expectativas de vida de las personas más pobres”, destaca Andrés Troncoso.
El académico de la Facultad de Ciencias Sociales ha trabajado realizando investigaciones en la cuarta región, donde relata que hay familias o personas que -al igual que en la tercera región- se han visto afectadas por el tema de escasez de agua.
A la luz de los fenómenos o posibles impactos sociales del cambio climático como los desastres socionaturales, pero también la inseguridad alimentaria y pandemias, entre otros, Anahí Urquiza subraya que más que hablar de las consecuencias del “Antropoceno”, es perentorio tratar las consecuencias de vivir en un planeta donde “hemos cambiado nuestras propias condiciones de existencia, y en este punto creo necesario destacar la incertidumbre frente al futuro, además de la necesidad de tomar decisiones en ese contexto”.
Todas las acciones generan consecuencias en otros seres, pues -en palabras de Andrés Troncoso- todo es un sistema. A modo de ejemplo, describe que el problema de desertificación es producto de la tala humana, produciendo una mayor temperatura y erosionando más esos suelos, impactando también en los animales. “Pensamos que hacemos algo distinto a la naturaleza pero en realidad debemos entender que todos somos un ciclo, por lo que es difícil de cambiar y es algo sistémico; somos un colectivo dentro de una serie de relaciones con la naturaleza y animales, de modo que -no cabe duda- tenemos un desafío ambiental y social muy grande”, insiste.
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