Alerces frente al cambio climático: ¿Qué tan vulnerables son? (Noticias Facforen UACh)

743

La investigadora de la UACh Dra. Rocío Urrutia intentó acercarse a la respuesta estudiando alerces del Parque Nacional Alerce Costero y la depresión central.

Por Loreto Rojas

Lo primero que sorprendió a la investigadora postdoctoral de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile (UACh) y del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Rocío Urrutia, al comparar los alerces que habitan la Cordillera de la Costa con los de la Depresión Central, cerca de Puerto Montt, es que los primeros están sujetos a un mayor nivel de stress a pesar de crecer en un sector muy lluvioso, donde la precipitación es de alrededor de 4500 mm al año.

Lo primero que sorprendió a la investigadora postdoctoral de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh y del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Rocío Urrutia,  al comparar los alerces que habitan la Cordillera de la Costa con los de la Depresión Central, cerca de Puerto Montt, es que los primeros están sujetos a un mayor nivel de stress a pesar de crecer en un sector muy lluvioso, donde la precipitación es de alrededor de 4500 mm al año.
Éstos y otros resultados fueron dados a conocer recientemente en la revista científica Forest Ecology and Management y forman parte de la investigación postdoctoral de la Dra. Urrutia, donde además compara la resistencia a la sequía de los árboles jóvenes y adultos en ambos lugares.
“Siempre pensé que las condiciones iban a ser menos restrictivas en la Cordillera de la Costa, porque llueve mucho, casi tres veces más que en la Depresión Central, incluso en el verano, pero el suelo es el factor que hace la diferencia”, afirmó. Mientras cerca de la ciudad de Puerto Montt los suelos son de tipo ñadis, cuya característica es permanecer siempre anegados; los de la Cordillera de la Costa son arenosos, muy delgados y pobres en nutrientes. “Llueve, el agua escurre y luego está seco. La retención de agua de esos suelos es muy escasa”, explicó.
Por otro lado, en el Fundo del Sr. Alfredo Núñez, cercano a Puerto Montt, los alerces jóvenes, tuvieron la ventaja de crecer sobre sphagnum, un musgo de turbera que posee la característica de absorber y conservar el agua. Este aspecto –según Urrutia- implicó una gran diferencia a la hora de medir el nivel de hidratación de los árboles por la mañana. “Durante todo el verano no disminuyeron su nivel de hidratación, lo quiere decir que ese musgo les está aportando mucha agua”, destacó. Para la investigadora, este hecho pone en evidencia la gran importancia de proteger el sphagnum, pues hasta ahora ha sido comercializado por sus atributos sin ninguna fiscalización para confección de productos como pañales. En términos de biodiversidad, además, muchas especies viven en este ecosistema.
Uno de los resultados más relevantes de esta investigación fue encontrar que los alerces poseen estrategias en su sistema hidráulico para hacer frente a condiciones secas, pero las dos poblaciones estudiadas no se comportan de la misma forma y los árboles jóvenes de la Cordillera de la Costa, son los más vulnerables a sufrir desecamiento.
Qué esperar para el futuro
Las mediciones realizadas por la Dra. Urrutia se efectuaron durante el segundo verano más seco desde que existen registros (década del 50), pero se prevé que las condiciones futuras combinen años más secos y calurosos, mezcla de factores que puede hacer que el escenario para los alerces cambie. “Las mediciones que tomé  las relacioné con la humedad del suelo, por lo que si la humedad disminuye el índice de stress estará más cerca del umbral que hemos definido como el límite cuando el ejemplar comienza a secarse”, advirtió la investigadora. Esto confirma el importante papel que cumple la humedad en el suelo, independiente del agua caída.
Si bien, la científica se muestra optimista respecto de las estrategias de esta especie milenaria para hacer frente a condiciones secas, opina que “hay que estar atentos” y constantemente monitoreando si existen parches con mortalidad de árboles. Por otro lado, advierte que a pesar que quizás hoy el efecto negativo directo del cambio climático no sea tan fuerte, el efecto indirecto sí lo es debido a la creciente probabilidad de incendios. En este sentido, pone énfasis en la necesidad de la prevención, fiscalización y educación ambiental. Lo primero que sorprendió a la investigadora postdoctoral de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh y del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Rocío Urrutia,  al comparar los alerces que habitan la Cordillera de la Costa con los de la Depresión Central, cerca de Puerto Montt, es que los primeros están sujetos a un mayor nivel de stress a pesar de crecer en un sector muy lluvioso, donde la precipitación es de alrededor de 4500 mm al año.

Éstos y otros resultados fueron dados a conocer recientemente en la revista científica Forest Ecology and Management y forman parte de la investigación postdoctoral de la Dra. Urrutia, donde además compara la resistencia a la sequía de los árboles jóvenes y adultos en ambos lugares.

“Siempre pensé que las condiciones iban a ser menos restrictivas en la Cordillera de la Costa, porque llueve mucho, casi tres veces más que en la Depresión Central, incluso en el verano, pero el suelo es el factor que hace la diferencia”, afirmó. Mientras cerca de la ciudad de Puerto Montt los suelos son de tipo ñadis, cuya característica es permanecer siempre anegados, los de la Cordillera de la Costa son arenosos, muy delgados y pobres en nutrientes. “Llueve, el agua escurre y luego está seco. La retención de agua de esos suelos es muy escasa”, explicó.

Por otro lado, en el Fundo del Sr. Alfredo Núñez, cercano a Puerto Montt, los alerces jóvenes, tuvieron la ventaja de crecer sobre sphagnum, un musgo de turbera que posee la característica de absorber y conservar el agua. Este aspecto –según Urrutia- implicó una gran diferencia a la hora de medir el nivel de hidratación de los árboles por la mañana. “Durante todo el verano no disminuyeron su nivel de hidratación, lo quiere decir que ese musgo les está aportando mucha agua”, destacó. Para la investigadora, este hecho pone en evidencia la gran importancia de proteger el sphagnum, pues hasta ahora ha sido comercializado por sus atributos sin ninguna fiscalización para confección de productos como pañales. En términos de biodiversidad, además, muchas especies viven en este ecosistema.

Uno de los resultados más relevantes de esta investigación fue encontrar que los alerces poseen estrategias en su sistema hidráulico para hacer frente a condiciones secas, pero las dos poblaciones estudiadas no se comportan de la misma forma y los árboles jóvenes de la Cordillera de la Costa son los más vulnerables a sufrir desecamiento.

Qué esperar para el futuro

Las mediciones realizadas por la Dra. Urrutia se efectuaron durante el segundo verano más seco desde que existen registros (década del 50), pero se prevé que las condiciones futuras combinen años más secos y calurosos, mezcla de factores que puede hacer que el escenario para los alerces cambie. “Las mediciones que tomé las relacioné con la humedad del suelo, por lo que si la humedad disminuye el índice de stress estará más cerca del umbral que hemos definido como el límite cuando el ejemplar comienza a secarse”, advirtió la investigadora. Esto confirma el importante papel que cumple la humedad en el suelo, independiente del agua caída.

Si bien la científica se muestra optimista respecto de las estrategias de esta especie milenaria para hacer frente a condiciones secas, opina que “hay que estar atentos” y constantemente monitoreando si existen parches con mortalidad de árboles. Por otro lado, advierte que a pesar que quizás hoy el efecto negativo directo del cambio climático no sea tan fuerte, el efecto indirecto sí lo es, debido a la creciente probabilidad de incendios. En este sentido, pone énfasis en la necesidad de la prevención, fiscalización y educación ambiental.

Leer en Noticias Facforen UACh.