Análisis (CR)2 | Súper Vórtice Polar (versión 2021): ¿Se viene otro verano seco en la Patagonia norte?

2016

René Garreaud, Subdirector Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y Profesor Titular del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile

Esta historia parte bien arriba, en la estratósfera sobre el polo sur, pero llegará bien abajo y podría determinar parte del clima de la zona sur-austral de Chile el verano que se avecina. Muchos de los rasgos que aquí se describen fueron presentados en un análisis anterior, pues, como veremos, la condición actual es muy parecida a la primavera 2020.

Por razones que no entendemos completamente, el vórtice estratosférico polar (un anillo de vientos del oeste ubicado a entre unos 20 y 30 kilómetros de altura) está particularmente intenso y bien formado esta primavera (Figura 1). Con velocidades en el decil superior de la distribución histórica, esta situación califica como un Super Vórtice Polar (SVP) y es casi idéntica a la del año pasado a fines de septiembre. Este SVP ha mantenido aislado el aire de la estratósfera polar, dejando al ozono a merced de los compuestos clorados que lo destruyen, incluso ahora que el sol comienza a iluminar las altas latitudes (al sur de los 60°S) del hemisferio sur. En efecto, el tamaño del agujero de ozono ya esta bien por encima de su promedio histórico (Figura 2), a la par del 2020, cuando un gran agujero se mantuvo hasta fines de año. Hay que destacar que el ozono estratosférico no es un elemento pasivo en esta historia. Debido a los bajos niveles que existen actualmente, la absorción de radiación UV también decae, lo que enfría la estratósfera polar e intensifica el vórtice polar.

Figura 1. La curva roja representa la evolución diaria durante el año 2021 del viento zonal a 60°S y 10 hPa (unos 30 km de altura); la curva azul muestra el mismo parámetro, pero en el año 2020; y en color negro se ve el promedio de largo plazo. El globo muestra el viento zonal a 10 hPa para el 26 de septiembre de 2021, indicando el actual Súper Vórtice Polar. Fuente: Adaptado de NASA Ozone Watch.

Las anomalías frías y el intenso viento del oeste en latitudes altas aún se ubican por sobre los 30 km de altura (Figura 3a), pero sabemos que estas anomalías comienzan a descender y, eventualmente, llegan a la tropósfera media (entre 3 y 7 km de altura) a fines de año. Esa propagación se observó claramente en el año 2020 (Figura 3b). Más allá de las similitudes evidentes entre ambas primaveras, los modelos de pronóstico muestran, efectivamente, la propagación desde arriba hacia abajo de estas anomalías de viento del oeste en altas latitudes durante los próximos meses (Figura 4a).

Figura 2. La curva roja representa la evolución diaria durante el año 2021 del tamaño del agujero de ozono sobre la Antártica; la curva azul muestra el mismo parámetro, pero en el año 2020; y en color negro se ve el promedio de largo plazo. El globo muestra el ozono total para el 26 de septiembre de 2021, indicando el agujero polar. Fuente: Adaptado de NASA Ozone Watch.

Esta condición, viento del oeste muy intenso sobre la Antártica y su periferia, define la fase positiva de la oscilación antártica (SAM, por sus siglas en Ingles) y produce, entre otras cosas, un anillo circumpolar de anomalías positivas de la presión en latitudes medias (40-50°S). Ya saben el resto de la historia: bajas precipitaciones en la Patagonia norte (sur de Los Lagos y Aysén) en los meses de verano. Como referencia,  el verano pasado fue extremadamente seco en esa región. ¡Ya me dio sed!

Figura 3. El panel A (año 2021) muestra la evolución de las anomalías (desviación de la climatología) del viento zonal a distintos niveles verticales sobre la Antártica hasta el día 27 de septiembre de este año. El panel B representa las anomalías para todo el año 2020. Los colores amarillos y naranja indican viento del oeste más intensos que el promedio histórico. Fuente: Adaptado de National Weather Center – Stratosphere.

Sin embargo, la predicción estacional del fenómeno El Niño Oscilación del Sur (ENOS) para este verano indica de manera contundente una condición de La Niña (Figura 4b), lo que históricamente produce condiciones levemente más lluviosas que lo normal en Patagonia norte. Tenemos entonces, tendencias divergentes de precipitación asociadas a la señal de latitudes altas (SAM positivo, menos precipitación) y a la señal tropical (La Niña, más precipitación). Interesante choque de titanes, lo cual agrega incertidumbre al pronóstico estacional y nos obliga a seguir la evolución de ambas señales con gran detalle en los meses siguientes.

Figura 4. Dos titanes en colisión. El panel A muestra el pronóstico del viento zonal sobre la Antártica para los próximos cinco meses (generado por el modelo ACCESS en el Bureau of Meteorology de Australia, gentileza de Eun-Pa Lim). Los colores naranjo indican vientos del oeste sobre el promedio que progresan desde la estratósfera hacia abajo alcanzando la tropósfera media en diciembre. El panel B es la predicción de la probabilidad de ocurrencia de las fases de ENOS para los próximos meses, desarrollado por el IRI-CPC. La probabilidad de una condición de La Niña entre diciembre 2021 y febrero 2022 es superior al 70 %.

Editado por José Barraza