Las rocas que pisamos ya no tienen misma composición que hace unos milenios, la atmósfera ya no está compuesta de los mismos elementos y la extinción de especies se acelera dramáticamente. Nos encontramos en el Antropoceno, la época del Homo sapiens, una nueva e irreversible etapa geológica en la cual nuestra sobrevivenvia como humanidad es incierta. El término va más allá de las huellas físicas y durante la última década se ha convertido en un asunto de reflexión ecológica y filosófica, incluso en un gatillo para el debate ideológico.
Por Cristóbal Bley y Juan Cruz Giraldo / Infografía: Franco Nieri
Los huracanes Harvey, Irma y María, los incendios forestales en Chile, las olas de calor en India, el desprendimieno de un iceberg en la Antártica: todos esos eventos atribuidos al calentamiento global son, al mismo tiempo, los síntomas más visibles de una nueva era geológica que la comunidad científica está terminando de aceptar y definir. Las evidencias son muchas, la composición de la Tierra ha cambiado y el suelo en el que vivimos está constituido por nuevos elementos: billones de toneladas de hormigón, plástico, aluminio y partículas de isótopos radioactivos, una huella que dejaron los ensayos nucleares y el lanzamiento de la bomba atómica de Hiroshima en 1945.
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