El derecho al agua y la protección de las algas marinas estarán presentes en la X Escuela de Temporada (Prensa Uchile)

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El respeto por el medioambiente y la organización comunitaria para avanzar en prácticas ecológicas en armonía con el entorno de Valparaíso son algunos de los enfoques que estarán presentes en la X Escuela de Temporada, organizada por la Universidad de Chile junto a la Universidad de Valparaíso. Estos desafíos de la ciudad-puerto en torno a sus recursos hídricos y oceánicos son abordados por las académicas de la Universidad de Chile María Cristina Fragkou y Paulina Larrondo.

La relación entre lo urbano y el medioambiente ha ido cobrando cada vez más fuerza en las últimas décadas. Sin embargo, cultivar una vida sustentable requiere desarrollar herramientas y procesos de concientización en las comunidades. Este es uno de los objetivos de la X Escuela de Temporada organizada por la Universidad de Chile y la Universidad de Valparaíso. El evento, que se desarrollará entre el 9 y el 12 de enero, contempla una serie de talleres, charlas y actividades para todo público, con el propósito de abordar la promoción y protección de nuestros recursos naturales.

Respecto a los recursos naturales y la gestión comunitaria, se presentan numerosos desafíos para avanzar hacia una ciudad que se vincule de forma armónica con el entorno, donde que el agua, el mar y la morfología del territorio de la ciudad-puerto cobran protagonismo y se vuelve necesaria la presencia de organizaciones sociales que defiendan estos principios para proteger y asegurar la vida cotidiana.

La Escuela de Temporada es una iniciativa que surge desde la Universidad de Chile en 1935 con la misión de conectar y escuchar a los diversos territorios a lo largo del país. Fabián Retamal, director de Extensión de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Casa de Bello, comentó la relevancia de este tipo de encuentros. “La universidad, sus académicas y académicos, profesionales y estudiantes, se relaciona con otra universidad estatal y pública de alguna región para generar instancias de transferencia de conocimientos, de diálogo, de compartir saberes, y también con comunidades de esas otras universidades para generar un espacio común, formativo y de trabajo en temáticas que sean de su interés”, detalló.

Valparaíso y su doble relación con el agua

Es coherencia con este espíritu, las profesoras María Christina Fragkou y Macarena Salinas, académicas de la Universidad de Chile e investigadoras del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, serán facilitadoras del taller “Autogestión de agua doméstica”, el día miércoles 10 de enero. Asimismo, ambas participarán en la charla “Derecho al agua y estrategias para su defensa”, junto a Rodrigo Mundaca, gobernador de Valparaíso y miembro de Modatima, y Yenny Olivares, académica y coordinadora de la Unidad de Medio Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad de Valparaíso.

Para María Cristina Fragkou hay dos formas de pensar la relación de lo urbano con el medioambiente. “La primera es interna. En este caso, sería cómo Valparaíso tiene internada el agua en el funcionamiento de la ciudad y en su morfología, cómo tiene la particularidad de ser una ciudad-puerto”, explica. En segundo lugar, agrega, «está la relación de esta ciudad con el exterior, con el medioambiente fuera de los límites urbanos y allí Valparaíso tiene algo muy particular”.

La académica del Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo analiza las problemáticas que enfrenta al respecto Valparaíso y la región. “Por un lado, tenemos el interior de la región de Valparaíso, con los valles de Petorca, de La Ligua, donde tenemos una escasez de agua que está atribuida tanto a la sequía de los últimos años como a los resultados de la mala gestión y del Código de Aguas, que ha sido muy favorecedor de las grandes empresas y la gran agricultura de exportación. Y, por otro lado, tenemos el mar, que es lo que más la define”.

De acuerdo a la profesora Fragkou, existe una doble complejidad en la relación de la ciudad de Valparaíso con el agua, que -en sus palabras- es “un bien que es vital, un derecho humano y está amenazado por todo lo que mencioné anteriormente”. Pero también considera que “tenemos el agua salada del mar que está, digamos, como en el frontis de la ciudad, como que abraza la bahía de Valparaíso, que es abundante y una conexión con el resto del mundo, que siendo un puerto, tanto bienes, personas e ideas llegan y se van constantemente”.

En esta línea, los cruces y análisis teóricos, las comunidades organizadas y los diferentes agentes, tanto de las instituciones locales como de la academia, se vuelven determinantes para identificar y desarrollar estrategias frente a la amenaza de la crisis medioambiental global. Por esta razón, la académica valora los esfuerzos desplegados a partir de la organización de la Escuela de Temporada, quien observa “la presencia de la Universidad de Chile en los territorios como una acción recíproca, como un gesto de compartir, difundir conocimiento, sensibilizar y también estar muy atenta a lo que tienen que decir las comunidades y actores locales”.

Algas comestibles como una vía para concientizar

El equipo conformado por las profesoras de la Universidad de Chile Alejandra González Paulina Larrondo, en conjunto con las profesoras Ximena Ceballos y Pilar Muñoz, de la Universidad de Valparaíso, estarán a cargo del taller «Alga viva: un recorrido intermareal hasta el laboratorio de algas», que se realizará en la Facultad de Ciencias del Mar y de Recursos Naturales de la Universidad de Valparaíso. La actividad, enfocada en las infancias, es una invitación a recorrer la costa de Valparaíso a partir de sus recursos naturales, específicamente las algas, poniendo en valor a las macroalgas y el oficio de las comunidades en torno a ellas como una práctica fundamental para el desarrollo de una alimentación saludable, sostenible e innovadora.

Según la profesora Paulina Larrondo, la ciudad-puerto enfrenta diversos desafíos en materia de sustentabilidad. “Valparaíso es una ciudad especialmente vulnerable al cambio climático, muchas de sus quebradas, que son fuente de vida, terminan como basurales. Sabemos que al menos el 60% de la basura producida en tierra termina en el mar, contaminando el ecosistema marino”, comenta. “Sobre la pesca artesanal y su relación con los lobos marinos, aún no se ha encontrado una solución sustentable, más allá de las vedas de caza para evitar que estos disputen el alimento a los pescadores y dañen sus artes de pesca. También hay playas que están desapareciendo, las marejadas cada vez son más frecuentes e intensas, lo que no permite que la arena se regenere, perdiendo en promedio 1 metro de playa al año”, advierte.

A través de este taller para niñas y niños entre 8 y 12 años, se busca que estos logren identificar flora y fauna marina y recolectar algunas muestras, en un recorrido por la concesión marítima de la Universidad Valparaíso, zona conocida como “Montemar”. “Esta es una zona protegida que tiene muchas especies. Están los ‘peñones de vida’, donde viven lobos marinos, chungungos, nutrias, tiburones, aves como el Gaviotín Monja y muchas algas e invertebrados marinos, que los niños y niñas podrán explorar en una visita guiada por biólogas marinas, nutricionista y psicóloga”, añade.

Para la profesora Larrondo, es necesario promover los saberes locales sobre las algas, pues estas no solo contribuyen como “una manera de aportar nutrientes de calidad a nuestro organismo, sino también porque ayudan a la mitigación del cambio climático como una solución basada en la naturaleza, pues nos otorgan oxígeno, secuestran dióxido de carbono, son materia prima de biocompuestos y constituyen defensas naturales que protegen a la costa del impacto de tormentas, erosión e inundaciones de las comunidades costeras”. | Leer en Prensa Uchile.