Emergencia Climática por sequía: medidas que requieren de facultades extraordinarias que no existen (El Mostrador)

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    En Chile, 76% del territorio está afectado por la sequía y desertificación. A una semana de la alerta respecto al calentamiento global que emitió el informe de IPCC, surgen dudas sobre la urgencia con la que debe ser gestionada la escasez hídrica en el país. Para diversos especialistas, declaraciones como la de Emergencia Climática, si no son dotadas de un mayor estándar político, en que vayan acompañadas de acciones concretas y extraordinarias, se quedarán como meras acciones simbólicas. “El 2019 sigue siendo, hasta ahora, el año más seco de las últimas décadas y el 2021 se está pareciendo mucho a julio del 2019. Si no se hace nada al respecto o si se sigue haciendo lo mínimo, las predicciones indican claramente que vamos a sobrepasar los 1,5 grados, que es el límite que se ha puesto el IPCC”, advirtió Francisco Cereceda, doctor en química analítica ambiental y profesor de la Universidad Técnica Federico Santa María.

    Por Emilia Aparicio

    El gobernador regional de Magallanes, Jorge Flies, decretó el pasado miércoles Estado de Emergencia Climática y Medioambiental en toda la región, producto de los cambios climáticos que se registran en el país. La medida surge a días de que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publicara el informe donde se alerta sobre la urgencia de disminuir la temperatura del planeta, debido al calentamiento global.

    En Chile en los últimos diez años se registra en la zona norte y centro del país una situación grave de sequía, que deriva en escasez hídrica que afecta a un gran número de personas en el territorio.

    El director del Centro de Tecnologías Ambientales y profesor Titular del Departamento de Química de la Universidad Santa María, Francisco Cereceda –experto en el estudio de la química de la nieve y su impacto en el retroceso de los glaciares, en especial de aquellos de la zona centro del país– expresó que la falta de precipitaciones ha ido variando en los últimos años, lo que contribuye a una extensión de la desertificación hacía la zona  central.

    “El 2019 sigue siendo hasta ahora el año más seco de las últimas décadas y el 2021 hasta ahora se está pareciendo mucho a julio del 2019. Si no se hace nada respecto al cambio climático, o si se sigue haciendo lo mínimo como hasta ahora, las predicciones indican, claramente, que vamos a pasar sobre los 1,5 grados, que es el límite que se ha puesto el IPCC, aumento de temperatura donde los cambios son irreversibles”, advierte Francisco Cereceda.

    Cambios en las precipitaciones

    Adicionalmente, según el informe anual de pronóstico de caudales de deshielo de 2020-2021, de la Dirección General de Aguas (DGA), «entre las regiones de Atacama y Metropolitana se registró un déficit de entre el 50% y el 100%  tanto en las precipitaciones como en la acumulación de nieve y, como efecto, los caudales se encuentran cerca o por debajo de los mínimos históricos», describe el documento.

    De acuerdo al estudio «Actualización del Balance Hídrico nacional», publicado a principios de este año por investigadores de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile y de la Universidad Católica para la DGA, para el período 2030-2060, la disponibilidad de agua en el norte y centro de Chile podría disminuir más de 50%.

    Según Cereceda, el régimen de precipitaciones de la zona central está cambiando y eso implica un cambio en la intensidad, la durabilidad y la concentración de las precipitaciones. De hecho, hace 10 años, con los antecedentes de que se disponía en esa época, señaló que al 2050 la población de Santiago aumentaría en 1,8 millones de habitantes y el embalse El Yeso disminuiría a la mitad en su volumen histórico. «Lamentablemente mis predicciones fueron al parecer optimistas en ese entonces, ya que el año 2020 el volumen histórico de este embalse ya ha disminuido a la mitad. Es decir, esta predicción se cumplió 30 años antes», sostuvo.

    “La distribución de las precipitaciones en Chile está variando de manera importante, entonces, la desertificación se está desplazando, el desierto viene avanzando hacia la Quinta Región y la Región Metropolitana, por lo tanto, las zonas climáticas que nosotros habitualmente conocemos como zonas climáticas mediterráneas se van a ir desertificando y el patrón de lluvia se irá corriendo. Eso significa, de acuerdo a esta línea de análisis, que hay una disminución de las precipitaciones y del régimen de las precipitaciones (líquidas y sólidas), no solamente en la intensidad, sino también en la cantidad y la durabilidad”, agrega Cereceda.

    Con la finalidad de estudiar el impacto del cambio climático y la contaminación antropogénica local, como las grandes urbes y la actividad industrial en la criósfera de la cordillera de los Andes, CETAM-UTFSM ha instalado 2 laboratorios refugios, denominados NUNATAKs, donde el NUNATAK-1 está ubicado en Portillo a 3.000 msnm, en la cuenca del Aconcagua, y NUNATAK-2 está ubicado en El Yeso a 2.500 msnm, en el embalse del mismo nombre y que es parte de la cuenca del Maipo, gracias a un proyecto Fondef de ANID y apoyado por Aguas Andinas, cuyo foco principal es, justamente, el desarrollo de un nuevo modelo hidrológico químico, que permita mejorar y hacer más confiables los pronósticos de disponibilidad de agua bajo escenarios de una contaminación atmosférica creciente y cambio climático.

    ¿Decreto de Emergencia Climática?

    Ante esta megasequía que viene afectando principalmente a la zona norte y centro del país, surgen dudas respecto a las medidas que se deberían implementar por parte de las autoridades. Una de estas es la que se tomó en la Región de Magallanes, donde el gobernador regional, Jorge Flies, declaró el Estado de Emergencia Climática y Medioambiental.

    Al respecto, el climatólogo y experto en cambio climático de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero, señala que –a su modo de ver– las declaraciones de emergencia como la de la Región de Magallanes deben estar acompañadas de medidas concretas.

    “Siempre es loable la preocupación por el cambio climático. Sin embargo, las declaraciones de emergencia (sin medidas concretas para mitigar o adaptarse al cambio climático) son solo retóricas. Esperemos, por lo tanto, que esta declaración se vea acompañada de medidas concretas y asignación de fondos para la ejecución de las mismas”, manifestó Cordero.

    Adicionalmente,  la investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y subdirectora del Centro de Derecho Ambiental de la Universidad de Chile, Pilar Moraga, también indicó que actualmente la Emergencia Climática no tiene un mayor estándar político.

    “Hoy en día esa figura de la Emergencia Climática no existe como institución o mecanismo dentro de nuestra legislación y en ese marco hay que conocer cuáles son las consecuencias de dichos decretos de emergencia climática. En Chile parecen ser más bien simbólicos”, manifestó Pilar Moraga.

    La figura de la Emergencia Climática, sostiene Moraga, es algo sobre lo cual debiéramos avanzar hacia su consagración y con facultades extraordinarias para la autoridad, como existe hoy día en el Código de Aguas. «El problema es que hoy día ya no se adapta a la realidad que tenemos, porque justamente se consideraba una situación extraordinaria”.

    El 5 de agosto de este año, la empresa de distribución hídrica Aguas Andinas activó su Alerta Temprana Preventiva (ATP) para las zonas abastecidas por el río Mapocho y Maipo, ante la ausencia de precipitaciones de agua y nieve en la zona central.

    Francisco Cereceda aclaró que, pese a que es una medida que tomó la empresa, los usuarios no se verán directamente afectados, sino que esto surge como una medida interna de gestión de emergencias de Aguas Andinas.

    “De alguna manera los consumidores, al no ver reflejada de alguna u otra forma una restricción en su suministro o en la posibilidad de consumo de agua potable, la verdad es que la probabilidad de que generen un cambio en la conducta del usuario, en pro de un uso sostenible del agua, va a ser difícil”, sostuvo.

    No obstante, el doctor en química alertó que puede significar un indicio de que la compañía se esté preparando para medidas restrictivas.

    “Eso significa que la empresa se está preparando para un escenario más negativo, que podría eventualmente atraer restricciones y cortes programados de agua, que ha ocurrido en situaciones semejantes del mundo”, manifestó.

    Decreto de Escasez Hídrica

    Actualmente, la medida que se utiliza en casos de emergencia hídrica es el Decreto de Escasez Hídrica, emitido por la Dirección General de Aguas (DGA), el que tiene una vigencia de seis meses y entrega varias herramientas a la autoridad para disminuir los efectos ocasionados por la sequía y focalizadas especialmente en sectores rurales.

    En mayo de este año se habían emitido 16 Decretos de Escasez Hídrica, los que involucran a 101 comunas de distintas regiones del país.

    “Dado que el principal problema asociado al cambio climático que enfrentamos en la zona central es la sequía, yo soy partidario de revisar y mejorar los instrumentos existentes. Por ejemplo, en Chile existen los Decretos de Escasez Hídrica, que permiten la distribución de agua en camiones aljibe y la entrega de forraje para animales. Este tipo de instrumentos se puede adaptar o mejorar, incluso cambiarle de nombre. Pero las declaraciones de ‘emergencia climática’ que no incluyen medidas concretas y fondos, ayudan poco”, expresó Raúl Cordero.

    Marcelo Olivares, académico del Departamento de Ingeniería Civil, experto en gestión de recursos hídricos y miembro de la red transdisciplinar Eneas, que investiga temas en energía, agua y sustentabilidad de la Universidad de Chile, explicó que la discusión se debe dar en torno a la asignación de los usos del agua, y añadió que la reforma del Código de Aguas prioriza el consumo humano y la conservación de ecosistemas.

    “Cuando haces decretos es porque estás en una situación de sequía extrema, y lo que requiere el Estado, al emitir eso, es poder intervenir la forma en que se asigna el agua en la cuenca o en la comuna donde lo estas decretando”, dijo Olivares.

    Cabe destacar que la modificación al Código de Aguas estuvo en discusión en el Senado por diez años.

    “Eso tiempos legales e institucionales son más lentos, pero en cuanto a las medidas, uno tiene que separar en los procesos de planificación y de adaptación a cambio climático, a escasez, esos son procesos de planificación, y también hay medidas de respuesta a la emergencia. Hoy, cuando vives una situación dramática, no puedes hablar de planificar para los próximos 30 años, más bien tienes que responder a la emergencia. Entonces, son dos ámbitos en que el sistema tiene que responder y los decretos de sequía no son una planificación, son una respuesta en una situación de emergencia”, puntualizó el académico Marcelo Olivares.

    En ese sentido, el climatólogo Raúl Cordero indicó que deben realizarse nuevas medidas pensando en el contexto actual de sequías: “En efecto, la mayor amenaza para la zona central son las persistentes e intensas sequías. Lo anterior, significa que debemos avanzar más rápido en mejorar la eficiencia en el uso del recurso, vía tecnificación del riego, mejorar la capacidad de acopio, vía embalses, y en una nueva institucionalidad para la gestión flexible a nivel de cuenca de un recurso que es cada vez más escaso y cada vez presenta una mayor variabilidad interanual”.

    Otro punto relevante que destacó Olivares es que la escasez hídrica debe entenderse desde una mirada integral y no solo desde el consumo de los habitantes, debido a que también tiene un impacto directo en la seguridad alimentaria y energética.

    “Me parece que el tema del agua además es muy importante mirarlo desde una perspectiva integradora, porque el agua no solo afecta lo que llamamos como sequía, que es tener la cantidad y calidad de agua adecuada, sino que además impacta las seguridades en otros sectores, como la seguridad energética. También existe el riesgo de tener racionamiento eléctrico y además la seguridad alimentaria. Por otro lado, sabemos que la priorización de usos está siendo esencialmente en la agricultura en Chile y la industria, que más consume agua. Lo que estamos diciendo, esencialmente, es que los usos alternativos van a tener menos disponibilidad de agua, entonces, al analizar las políticas, es importante ver los impactos multisectoriales. No solo la seguridad hídrica sino que la seguridad”, explicó el experto.

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