En busca de los esteros que dan vida al Mapocho (Revista El Domingo)

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En la cordillera, enclavados entre quebradas y valles, corren pequeños cuerpos de agua que entregan sus caudales al río más conocido de Santiago. Esenciales para los habitantes de la montaña, generosos en belleza, historia y valor ambiental, son el objetivo de este viaje a los orígenes del Mapocho.

Por Matías Rivas

¿Qué hay de cierto en que el Mapocho es un río feo, sucio y «solapado», como lo bautizó el cronista Joaquín Edwards Bello? De cierto -si lo vemos ahora, despojado de su fisionomía original, hundido, casi invisibilizado-, algo hay. Pero si nos adentramos en la cordillera, este río feo, sucio y solapado experimenta una metamorfosis que obliga a reconsiderar esos adjetivos.

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