Climatólogo de la Universidad de Magallanes dice que hay una colisión entre vientos. «No es un fenómeno climático sino que aerodinámico», agrega el arquitecto Carlos Bustamante.
D. Aguayo / F. Núñez
Si Chicago es la ciudad de los vientos, Punta Arenas debe ser la tierra de las ventoleras, las rachas y las cuerdas que permiten a la gente mantenerse en pie. Nada que envidiarle a su par gringo, pero con el agregado que lo convierte en el lugar donde las corrientes de aire colisionan en las esquinas de las calles, logrando lo impensado: el flameo en sentido contrario de dos banderas chilenas colgadas en edificios paralelos y separadas por una calle.
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