Desde círculos celestes hasta negros figuran en el primer mapa de polución global y al instante que lanzó Romain Lacombe, francés graduado en Harvard, empresario de Silicon Valley, consultor del Banco Mundial, investigador del MIT y premio Nobel de la Paz colectiva en 2007. Desde París contó a LUN que la única intención tras el mapa, bautizado como Plume Air Report, es que todos sepan cuán respirable -o no- está la ciudad que habita. Se trata de un software disponible para visitarlo en la web y como aplicaciones en Android y iOS; y que debutó en el marco de la Cumbre sobre el Cambio Climático que se desarrolla en París. En esta App podrá saber qué pasó este jueves con la polución, por ejemplo, en Lima, Sao Paulo, Ciudad de México o Santiago. Y la podrá comparar con algún grado de sorpresa.
Plume Labs: la contaminación del aire es un problema de salud mundial, afectando a siete millones de vidas cada año, según la Organización Mundial de la Salud, “En Plume Labs, vemos cómo también esto es un problema de información y educación. La mayoría de las personas no se da cuenta de cuánto la contaminación cambia hora a hora. Nuestra aplicación tiene como objetivo capacitar a los ciudadanos urbanos”, precisa Lacombe. Agrega que “recopilamos datos abiertos de 220 ciudades y 40 países y usamos la inteligencia artificial para predecir la contaminación”. De Chile, sacan datos del Sistema de Información Nacional de Calidad del Aire, dependiente del Ministerio del Medio Ambiente, confidenció Lacombe que ayer recibió el premio “Etoile Design” por su trabajo.
Partículas por millón (PPM): la concentración de los contaminantes es saber las partes que hay de una sustancia en otra. La aplicación permite entender el impacto de los principales contaminantes en nuestros cuerpos: “Medimos partículas finas (PM10 y PM2.5). Óxidos de nitrógeno (NO2). La capa de ozono (O3). Óxidos de azufre (SO2). Para calcular el índice Plume, una medida del impacto en la salud de estos contaminantes, es en base a las directrices de la OMS”. Cuenta que “corredores, ciclistas urbanos, padres de niños pequeños, viajeros y expatriados en zonas contaminadas revisan la aplicación. Incluso, corredores cambian su horario para no practicar deporte en horas de contaminación”.
Cinco estados: los datos ofrecidos desde el mapa conceptual se dividen en cinco estados de calidad, agrega Lacombe. “Aire fresco (ideal para actividades deportivas). Polución moderada (donde el aire tiene algo de contaminación y se recomienda que determinados grupos de personas se queden en casa. Como lo que ocurrió este jueves en nuestra capital y Sao Paulo). Alta polución (cuando el aire está contaminado con lo que una exposición prolongada puede provocar problemas de salud). Muy alta polución (un nivel casi extremo en que los efectos son bien perjudiciales incluso en breves espacios de tiempo cuando uno sale a la calle. Esto se vivió este jueves en Lima y Ciudad de México) y polución extrema (nivel crítico con un impacto dañino para todo tipo de personas)”, dice.
¿Qué pasa en Santiago?: Cristóbal Torres, meteorólogo de la Dirección Meteorológica de Chile, explica que en el mapa “se ven muy contaminados, India, China, Europa. Están en invierno y la calefacción es uno de los agentes contaminantes. También son países industrializados, India y China, por ejemplo, donde las emisiones de CO2 y otros contaminantes es muy alta”. Agrega que “en Santiago no es común tener altos índices de contaminación en verano”.
Nicolás Huneeus, académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas e investigador del Centro del Clima y la Resiliencia, ambas instituciones de la U. de Chile, aporta que “hay que reconocerles a los creadores de esta aplicación el intento por condensar la información de manera amistosa, porque tiene colores y expresiones en la nube, tratando de transformar información científica entendible para el común de la gente”. Explica que “no existe una red mundial de medición de la calidad del aire, cada país se encarga de hacer las mediciones del aire de sus ciudades. Eso está a cargo del Ministerio del Medio Ambiente en Chile, que tiene una red de estaciones que mide la calidad del aire para distintas partículas y que se preocupan de mantener un estándar internacional en sus instrumentos. Ellos también publican la información”.
“En invierno nuestros problemas están asociados a la calefacción y en verano esas emisiones no existen. Además, en el verano la capa límite, que es como la altura en la que se dispersan los contaminantes, es más alta. En invierno, la tapa de la olla, por decirlo así, está más baja. Entonces en verano, por el calor, el volumen en el que se pueden dispersar los contaminantes es mayor”.
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